26 de enero de 2011

EMBARAZO EN JOVENES Y DESARROLLO HUMANO

                                                                                                    Por Miosotis Rivas Peña *
Las Naciones Unidas han definido el desarrollo humano como el proceso de ampliar las opciones de las personas para elegir aquellas cosas que tienen razones para valorar. En ese sentido, el desarrollo humano está basado en la creación de capacidades que le permitan a las personas combinar una serie de funciones que aumenten su agencia individual, es decir, que aumente las posibilidades de que las mismas tienen para cambiar su entorno. Entonces, las capacidades permitirán, dada una serie de oportunidades, gozar de una vida larga y saludable; poseer conocimientos y tener una vida digna.

Acompañadas de una serie de oportunidades está el rol que han de jugar las instituciones en el desarrollo humano. Esto significa que la eficiencia y sobre todo la libertad que creen las instituciones repercutirán en la ampliación del desarrollo humano.

El pasado día 28 de febrero uno de los diarios de circulación nacional traía una información sobre la preocupación que para la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) constituía la cantidad de estudiantes adolescentes que salen embarazadas en los centro escolares de Santiago.

El movimiento magisterial Narciso González consideraba que esas estudiantes deben ser trasladadas al horario nocturno donde participan personas adultas, ya que su permanencia en la tanda matutina o vespertina, es un mal ejemplo para las demás jovencitas que reciben docencia junto con ellas.

Una declaración como esta nos lleva a realizarnos unas cuantas preguntas sobre el desarrollo humano en la República Dominicana. ¿Es esta medida que contribuye al desarrollo humano? ¿Este movimiento magisterial constituye una institución que expande o priva las libertades de un grupo poblacional?

Antes de responder a estas preguntas veamos algunos datos estadísticos contenido en el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005. Con informaciones de la Encuesta Demográfica y de Salud de 2002, el informe nos dice que el 23.3% de las adolescentes alguna vez estuvo embarazada (con al menos un hijo nacido vivo o que estaban embarazadas al momento de la encuesta). Estas cifras son similares a las mostradas en el 1996 (22.7%). En cuanto a la edad, se verifica un incremento en la proporción de mujeres que han iniciado el proceso de procreación entre las edades de 15 y 19 años. En el grupo de 15 años, el 7.1% de las adolescentes ha estado alguna vez embarazada, frente al 40.6% de las adolescentes de 19 años. Con relación al nivel educativo, se observa que a medida que el nivel de instrucción es mayor, menores son los porcentajes de adolescentes que han estado alguna vez embarazada. En efecto, el 64.3% de las adolescentes sin ninguna educación han estado embarazadas alguna vez, frente al 14.4% de nivel secundario y 10.6% con nivel superior.

Estas cifras parecerían dar cuenta que, una de las primeras cosas que priva un embarazo a una adolescente es de la educación. Aunque el informe no abundan en las causas de el porque de esos bajos niveles educativos de las adolescentes embarazadas parecería que la práctica de separarla de la tanda a la que asiste, normalmente matutina para reubicarla en una nocturna trae como consecuencia un abandono de la educación. A la carga emocional que tienen la adolescentes por un embarazo temprano se le suma la carga socioemocional de ser reubicada en una tanda nocturna. En este caso, es una práctica institucional la que priva de una oportunidad a un ser humano.

Avanzar en el desarrollo humano en la República Dominicana no solo demandaría de una política integral para las y los adolescentes sino también la eliminación de prácticas institucionales que le privan de su libertad


* Miosotis  Rivas Peña es  Economista,nativa de Manzanillo hija de Doña Rosa (fallecida) y Jaramillo,es especialista en asuntos de genero y actualmente trabaja para las Naciones Unidas en el Salvador

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