15 de enero de 2011

EL DOMINICANO GUILLERMO LINARES, EJEMPLO DE SUPERACION

La ciudad de Nueva York ha recibido por décadas a millones de personas de todas partes del mundo. Algunos han llegado a delinquir, otros a vivir del Gobierno, pero la gran mayoría ha aprovechado la oportunidad que este país ofrece a los que deciden estudiar y superarse en diferentes áreas.


El dominicano Guillermo Linares es un ejemplo de ello. En 1992 fue elegido como el primer dominicano concejal en el Alto Manhattan y logró el peldaño de asambleísta por el Partido Demócrata en las recientes elecciones generales del dos de noviembre.

A pesar de haber llegado a este país a la edad de 15 años, después de haber reprobado el séptimo grado en Cabrera, municipio de la provincia María Trinidad Sánchez, no dejó que la limitación del idioma ni la discriminación de algunos por su origen latino truncaran sus aspiraciones de ser, primero un funcionario en el sistema educativo americano, luego un activista comunitario y un representante dominicano en la Asamblea Estatal.

“El haber logrado concretar mis aspiraciones es el fruto de trabajar con entrega y honestidad”.”

Guillermo Linares, diputado dominicano en EE.UU.¿Cuál fue su primer trabajo en los Estados Unidos?

Cuando llegué, ya mi mamá me tenía un trabajo en la bodega donde ella trabajaba. Mi primera asignación fue limpiar un baño y yo puse todo mi empeño en hacerlo bien, y Rafael Díaz, como se llamaba el dueño, se puso muy contento. Recuerdo que me dijo que si seguía así iba a tener trabajo hasta que yo quisiera. Estuve ahí hasta una noche que me asaltaron con una escopeta recortada con doble salida que me dejó dos anillos en la frente.

¿Qué hizo después?

Empecé a trabajar en un supermercado; ya estaba en la secundaria y trabajé ahí hasta que la terminé. Me gradué con un diploma general y fue muy difícil para mí. Mi consejero me recomendó que fuera a buscar trabajo a tiempo completo porque yo, según él, no era material universitario, y salí de ahí convencido de eso, pero mi madre, que tenía un espíritu como el de mi hermana Elena, me dijo: “Usted va para la universidad” .

Estudios universitarios

Cuando empecé la universidad, dejé de trabajar en el supermercado y empecé a “taxiar” en el sur del Bronx para cubrir los gastos de mi matrícula y para complementar los gastos familiares. Yo era un proveedor más de la familia y esta actividad la hacía por las noches, después que salía de estudiar. La última noche que “taxié”, ya en los taxis amarillos, me atracaron. Se montó un señor para que lo llevara a un lugar en el vecindario y me llevó a una calle sin salida, sacó una arma y me hizo salir del carro. Me dijo que me pusiera contra la pared. Lo único que pensé fue en que si se llevaba mi carro, me quedaría sin licencia y sin el bulto para preparar la clase del día siguiente, y le pedí que me tirara el bulto y la licencia, y lo hizo. Después dejó el carro como a cinco esquinas. Ya yo tenía trabajo y por eso ese era el último día que trabajaba en el taxi.

¿Cuál era ese trabajo que le esperaba?

Me iniciaba como maestro en la escuela I-15 en el Distrito 6 del Alto Manhattan. Ahí empecé el primer año. Fui maestro auxiliar como asistente de una maestra de primer grado. Después me dieron mi propio salón de clases.

¿Cuánto duró como maestro?

Duré tres años corridos en un salón de clase. Estuve ahí hasta el 1979 y fue una experiencia sumamente crítica para mí. Trabajaba con quinto y sexto grado y en ese tiempo estaba haciendo una maestría, luego me mandaron a hacer un internado en la Oficina de Educación Bilingüe de la Junta Central de Educación y me ofrecieron una posición para entrenar maestros. Me asignaron una posición en el sistema universitario público para dirigir un proyecto auspiciado por el Gobierno Federal. Llegué a ser funcionario de Educación en el distrito #6, y Bill Clinton me nombró presidente de la Comisión de Educación para los Hispanos en lo Estados Unidos.

¿Cómo llega a la política?

Formé un movimiento, cuyo enfoque era ver cómo fortalecer y hacer que el sistema educativo acogiera mejor a niños inmigrantes recién llegados. A partir de ahí fui trabajando y me presenté como candidato al Consejo Municipal para representar al Alto Manhattan en el gobierno de la ciudad de Nueva York en 1992. Lo hice junto a dos dominicanos más y saqué la mayor cantidad de votos.

¿Cuál otro cargo ocupó en el gobierno?

Después de 10 años como concejal, la ley no me permitía seguir por límite en términos electorales. Regresé a terminar mi doctorado que lo dejé cuando salí electo como concejal. Luego el alcalde me llamó para ofrecerme que fuera comisionado para asuntos migratorios y acepté.

¿Cómo llegó a ser asambleísta?

Llegué cuando se presentó un escaño abierto para senador ahora este año y el asambleísta que salió elegido cinco años después de mí dijo que quería ir al senado. Entonces le dije que lo apoyaría y que yo iría como asambleísta. Esa unión permitió el triunfo de los dos en las recientes elecciones del 2 de noviembre; él senador y yo asambleísta (diputado).



 Por:Maura Alcántara

LISTINDIARIO

No hay comentarios: