7 de noviembre de 2010

LOS DAÑOS QUE OCASIONA LA COCAINA


                                            Por : Roberto Lebron

Mucha gente, sobre todo la joven, cree que se trata de un juego. Y
para colmo en el ámbito local se legó a insinuar que el tema de las drogas era un asunto pura politiquería, sobre todo cuando  Marino Vinicio Castillo advertía, a principio de los 80s, sobre el peligro que implicaba el narcotráfico.

No era mentira lo que decía entonces el octogenario abogado y persistente luchador contra el narcotráfico, actual asesor presidencial sobre la materia, aunque sin darse cuenta él no sabe que muchas veces -durante todo el tiempo que lleva enfrentando el problema- “la iglesia ha estado en manos de Lutero”
.  
Pero eso no es el tema, sino que me voy a limitar a decirles a mis lectores qué implica para la salud el consumo de cocaína, una de las drogas más comunes en el mercado. Es un polvo fácil de identificar, y eso hay que comunicárselo a los muchachos, de manera que  no  se dejen engatusar.

Cristalina y parecida a cierta distancia a la sal molida, la cocaína es aspirada vía nasal por quienes la usan, aunque en ocasiones se la inyectan -una vez diluida- pero en otras ocasiones es fumada mezclada con tabaco y cuando es convertida en crack. En el bajo mundo a la mezcla de tacaco y cocaína se le llama “diablito”.
Del laboratorio sale con el nombre de “cocaína clohidratada”, si se leen las actas de análisis remitidas a las autoridades antinarcóticos por los forenses al organismo responsables de manejar el tema, es decir la DNCD. Ese tóxico tiene un efecto anestésico al hacer contacto con la piel, aunque las propiedades son diversas, si se trata de uso médico
.
Los consumidores de esa droga, considerada dura junto a la morfina, la heroína, el alcohol y las anfetaminas,  provoca un estado de agitación y agresividad en los adictos a ella, sin contar que causa trastornos cardíacos como infartos e hipertensión.

Además de los daños circulatorios, lo grave es que produce  desordenes cerebrales tan graves como hemorragias,  trastornos del sueño, delirios y agitación. En definitiva, la cocaína destruye la salud humana, porque actúa de manera directa en el sistema nervioso central.

Causa una muerte segura, y hay muchos ejemplos de eso, si la dosis es elevada, con la diferencia que no importa la vía de administración empleada por el usuario. Regularmente se reportan muertes repentinas de celebridades a consecuencia de ese tipo de consumo.
Los niveles de consumo en el país, a pesar de la labor titánica de la DNCD contra el tráfico y consumo preocupa a todo el mundo. Las autoridades -aunque no lo dicen en público- están preocupadas, los padres y los tutores, los maestros, los medios de comunicación.
Con respecto a las formas e identificar la cocaína, los traficantes tienen una “jerga especial” para evitar ser detectados por el ciudadano ordinario. Saben que solo los agentes especializados, los entrenados, son capaces de caer en cuenta cuando ellos hablan.

Cuando un individuo como “pinta” de distribuidor habla de piedra, evidentemente los de su entorno, se refiere al crack. Esa es una modalidad muy común de presentar esta droga en el escenario de bajo poder adquisitivo, es decir se extrae después de recibir varios cortes.
Y por ser una de las más potentes, cuando una persona consume cocaína no tiene oportunidad de evitar la posibilidad de seguir usándola o no, de modo que estamos frente a un gran riesgo que lo mejor es no probar.

Roberto Lebron,El Dia

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