17 de noviembre de 2010

LEONEL SERA CANDIDATO EN EL 2012


                                                  Por: Belarminio Ramirez Morillo

El liderazgo es algo real, percibible, palpable y tangible. El liderazgo no se sustenta en el sueño, el deseo y la vanidad personal de una persona. El liderazgo es un hecho cierto.


El domingo 14 de Noviembre del 2010 fui testigo de un acontecimiento político que me condujo a reflexionar sobre estos conceptos.

Eran las 11: 30 de la mañana cuando el maestro de Ceremonia de la Asamblea de la Región Este del Partido de la Liberación Dominicana, reunida en el complejo deportivo Rolando Rodriguez en la Villa Olímpica de San Pedro de Macorís, anunció la entrada del Secretario General del PLD, doctor Reynaldo Pared Pérez y de los Miembros del Comité Político.

Percibí que los dirigentes del PLD allí reunidos y las 4,258 personas que tomarían juramento como miembros de la entidad recibieron con una actitud pasiva a la cúpula de la organización política, a pesar de que dentro de ellos habían tres dirigentes –José Tomas Pérez, Franklin Almeyda Rancier y Francisco Javier García- que aspiran a la candidatura presidencial.

Justo a las 12: 00 meridiano hizo su entrada el presidente Leonel Fernández, y con solo ver su rostro, sin que el maestro de ceremonia anunciara su entrada, el escenario se estremeció, la multitud se levantó y reaccionó con una euforia, un entusiasmo y una algarabía que de inmediato mi mente hizo un viaje retrospectivo y pensé en los tiempos memorables del caudillismo ilustrado, en la magia que envolvía a los liderazgos de Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

Es impactante percibir, cómo en la era mediática y en la sociedad del conocimiento, se ha levantado un liderazgo con un aura, un carisma y un magnetismo que ha logrado encantar a las masas en la misma dimensión con que lo hacían los caudillos ilustrados.

Leonel Fernández logra una sinergia espectacular con la multitud. En una época en que las personas son apáticas ante los discursos, con él sucede lo contrario. Antes de hacer uso de la palabra, es ovacionado de manera asombrosa. Los aplausos son tan prolongados que hacen que el tribuno lo detenga, interviniendo en medio de estos.

Observé mucha satisfacción en los altos dirigentes del PLD presentes en ese encuentro. Están conscientes del privilegio inmenso que tiene la organización de ser conducida por un maestro, guía y líder de la estirpe de Leonel Fernández. Considero también, que muchos de ellos en su interior están sufriendo, puesto que hicieron causas comunes con los propósitos de los partidos adversarios, y fueron cómplices de una estrategia política para ponerles trabas a la reelección continua en la reforma constitucional.

Carece de sentido común y de toda lógica política que desde el interior del PLD se hayan puestos obstáculos para que el pueblo siga siendo guiado por el liderazgo más competente y capaz del ciclo del post caudillismo ilustrado. A estos dirigentes del PLD les quedan unos cuantos meses para enmendar su error.

Las señales están dadas. La inmensa mayoría de los peledeistas y del pueblo sensato, harán lo posible y lo necesario para que Leonel Fernández esté presente en la boleta electoral en el certamen del 2012. Pero además, la forma como se define la correlación de fuerzas a lo interno del PLD, indica que Leonel Fernández es y seguirá siendo por mucho tiempo, el líder máximo de esa organización política, y el principal líder del Pueblo Dominicano.

Leonel Fernández quien en ciertos tiempos fue tipificado por sus adversarios como un “teórico político”, ha sacado garras políticas. Ha desarrollado una capacidad de adaptación a todos los escenarios que le convierte en un político difícil de predecir y de vencer. Se le percibe como un político feliz cuando diserta en una Cumbre de la ONU, pero también, se les percibe muy feliz, cuando comparte con su pueblo, ya sea en el campo más apartado o en el barrio donde habitan las personas más pobres.

Con apenas 55 años de edad, encarna un liderazgo afectivo y efectivo sin precedentes en la historia dominicana. Ha tomado la decisión de corresponder y honrar la confianza que el pueblo ha depositado en su persona. Está consciente de su misión en el proceso que vive la sociedad dominicana, y seguirá asumiendo su rol con la firmeza de que ha estado revestido su liderazgo, en procura de que no vuelva el retroceso.

Todo parece indicar que Leonel no podrá complacer a sus adversarios, tomándose un descanso o unas vacaciones, porque el liderazgo no descansa. Tampoco el pueblo escoge a sus líderes por tiempo definido. En su caso, el liderazgo es un proceso en permanente construcción, desarrollo y crecimiento, y precisamente, es en estos momentos cuando se encuentra en la etapa de mayor madurez, capacidad y experiencia para seguir sirviéndole a su pueblo.

Las Asambleas Regionales que se están realizando, constituyen una señal obvia de que el PLD ha puesto en marcha un plan para alimentar y nutrir a la organización del liderazgo político, social, comunitario, profesional, religioso y empresarial que en las últimas dos elecciones participó en la campaña atraído por el liderazgo de Leonel Fernández. Esa es una estrategia atinada y correcta que contribuirá a la fortaleza y crecimiento del partido morado con la estrella amarilla.

La dirección del PLD ha tomado la sabia decisión de abrir un proceso de crecimiento en procura de que la entidad se nutra del liderazgo sin fronteras políticas y sociales del doctor Leonel Fernández. Este plan de acción pudiera conducir a que el PLD crezca en la misma proporción que ha crecido Leonel Fernández.

John C. Maxwell en su obra Las 21 leyes irrefutables del liderazgo (2007, p. 9) aduce que “la capacidad del liderazgo siempre es el tope de la eficacia personal y de la organización. Si el liderazgo es fuerte, el tope es alto, pero si no lo es, entonces la organización está limitada. Por eso, en momentos de dificultad, obviamente las organizaciones buscan un nuevo liderazgo.

Cuando el país experimenta tiempos difíciles, elige un nuevo presidente. Cuando una compañía está perdiendo dinero, emplea un nuevo jefe principal. Cuando una iglesia está confusa, busca un nuevo pastor principal. Cuando un equipo deportivo pierde una y otra vez, busca un nuevo entrenador.”

Cuando se produce lo inverso a lo planteado por Maxwell, como está sucediendo en el PLD, o sea que el partido desde el 2004 hasta el 2010 ha ganado cuatro elecciones consecutivas, guiado por el mismo líder que le llevó por primera vez al poder en 1996, lo procedente, inteligente y prudente es que al líder se le permita seguir al frente.

Cuando el país progresa y se moderniza, guiado por el mismo líder, entonces no procede el cambio. Hay momentos en que el cambio de guía es la solución, pero en otros, como el que vive la sociedad dominicana, el cambio puede conducir a un rumbo incierto, y crear problemas donde no existe.

Es hora de que el PLD en pleno sincronice con la visión y la misión de Leonel Fernández. Eso es lo que espera de su organización, el Estadista que se ha involucrado en las elecciones congresionales y municipales con la misma entrega y el mismo entusiasmo con que actúa en las elecciones presidenciales, con el objetivo de garantizarle el triunfo a sus compañeros y aliados.

El presidente Leonel Fernández como líder político y como Estadista ha cumplido con su deber. Considero que el PLD y las fuerzas políticas aliadas tienen por delante una responsabilidad histórica que no deben eludir, tienen una decisión a tomar, y no deben esperar que su líder se la pida.


Tomado del momento.net.El autor es abogado y politologo

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