10 de noviembre de 2010

CARTA DE LOS 26 SENADORES AL PRESIDENTE LEONEL FERNANDEZ

Santo Domingo, R.D.



10 de noviembre de 2010

Excelentísimo
Dr. Leonel Fernández
Presidente Constitucional de la República
Su Despacho.

Honorable Señor Presidente:

Reciba los saludos y el aprecio de los 24 senadores que suscribimos la presente para expresarle nuestras reflexiones respecto del futuro político inmediato del partido y del país.

Se acerca un momento estelar en la vida partidaria y en el destino de la nación dominicana, en la que usted tendrá que tomar una decisión respecto al porvenir inmediato.

Entendemos que para usted la tarea no será difícil porque en las ocasiones en que le ha correspondido participar como actor y dirigente de las batallas electorales, ha salido airoso. Y ese mérito debemos resaltarlo, valorarlo y tomarlo como estandarte, para permitir que una vez más usted vuelva a tomar una decisión que represente el éxito de nuestro proyecto.

Todos somos testigos del debate que se suscita en los medios en torno a la reelección y los fieros ataques que se dirigen contra el gobierno desde diferentes litorales. La pobreza del discurso lo envilece todo; por un lado, la mayoría de la población, que sigue apoyando su gobierno, y por el otro, los que quisieran advenir el desorden, cuya secuela la beneficia, aunque represente 50 años de atraso, como sucedió en el pasado.

Frente a la coyuntura presente, aquí estamos los senadores que asumimos el rol de conducir nuestras comunidades, para expresarle nuestro apoyo en las tareas de defender su gobierno, su persona y su liderazgo político, y sobre todo, para seguir tras sus pasos, en cualquier circunstancia que la vida le depare.

El mundo de hoy tiene demasiados desafíos e incertidumbres enmarcados por una crisis internacional, cuyas consecuencias mantendrán su impacto sobre nuestro pueblo, por lo menos durante las próximas dos décadas.

Se agrega más incertidumbre con la existencia de una oposición política que carga sobre los hombros el pasado, ejercicios gubernamentales generadores de nuevas crisis, de siembra de inseguridad, inestabilidad y pobreza.

Las principales necesidades de cambio en la República Dominicana siguen siendo urgencias de largo plazo, tareas estructurales, que requieren de un liderazgo firme, experimentado y con la visión necesaria para continuar recorriendo el camino del progreso de la República Dominicana.

Esos cambios ameritan un esfuerzo prolongado de construcción de una población educada y formada en valores, que no se asiente en el populismo pasajero, sino en la firme convicción de que un Estado moderno se sustenta en los pilares del crecimiento económico, el desarrollo social y el combate a la pobreza, que son los que permiten crear prosperidad a la mayoría de la población.

Bajo su égida, señor Presidente, el país ha cambiado. Pese a las amenazas y el difícil entorno internacional, seguimos avanzando, se mantiene la confianza en sus ejecutorias y la inversión cada día es mayor, lo cual demuestra su sólido liderazgo y el preponderante papel que usted ha puesto a jugar al Partido de la Liberación Dominicana, convertido hoy en fuerza número uno, vencedora de los últimos cuatro procesos electorales, con una votación que supera el 50 por ciento.

La etapa nueva a la que estamos entrando, con la puesta en marcha de una nueva Constitución va a requerir del liderazgo nacional que se encuentre en mejores condiciones de compromiso, con la reconstrucción social y política de las nuevas instituciones correspondientes al Estado Social de Derecho que reclama la nueva Carta Magna.

Sólo hay que recordar la etapa que vivió la nación en la segunda mitad del siglo IXX. Los sueños de cambio de los fundadores de la República fueron reducidos a la nada cuando se colocaron en las manos de los sectores conservadores, y la más liberal de nuestras constituciones, la de Moca de 1857, terminó siendo letra muerta de esos intereses, mientras la República entraba a la montonera y el atraso.

Los que hemos vivido y conocemos las diferentes etapas que ha tenido el país estamos en el deber de defender y preservar el liderazgo que, como el suyo, representan una auténtica garantía de la permanencia de los valores y de los ideales de cambios de la sociedad dominicana.

Usted ha logrado llevar el Partido a la victoria en cuatro ocasiones; ha garantizado un gobierno de progreso y en plena libertad, con estabilidad y crecimiento, y merece tener la oportunidad de decidir el rumbo a seguir.

Cualesquiera que este sea, estaremos prestos a acompañarle. Decida usted el camino, que allí estaremos, recorriendo por la senda del progreso y el bienestar para la mayoría.

En medio de las batallas más importantes por la consolidación de los cambios iniciados en las gestiones encabezadas por usted, no es posible dejar de considerar la urgencia e importancia de la unidad, como condición y garantía para asegurar la fuerza necesaria que preserven las conquistas que hemos obtenido.

Y precisamente es su figura la que hoy expresa la mayor posibilidad de armonizar un movimiento que permita tomar la decisión correcta, que sintetice las aspiraciones y los deseos de la mayoría de los dominicanos. En la histórica y trascendente coyuntura que estaremos atravesando en mayo del 2012, su decisión final pesará mucho, y en ese tránsito, ahí estaremos para acompañarle.

Convencidos firmemente de que usted se encuentra en un momento trascendente en la definición del futuro político de la nación y del pueblo dominicano, hemos considerado necesario expresarle nuestra decisión de darle el pleno respaldo a usted y a su gobierno y mostrarle nuestra disposición de correr la suerte que usted corra en el porvenir.

Usted no está ni estará solo. En cualquier decisión que pueda tomar, ahí estaremos. Cuenta usted con gente que están decididos a respaldarle en la misión de garantizar que el país siga avanzando y logrando estadios mayores de progreso y avenidas civilizatorias. En su momento, usted habrá de decidir qué es lo que más le conviene al país, y en ese momento y en esa decisión, cualesquiera que sea, estaremos a su lado.

 
Reciba el cariño y el abrazo de todos sus senadores amigos,

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