NO ES CIERTO

Por: Ramon Tejada Ruiz

La primera convocatoria al Diálogo Nacional la hizo la primera administración del Presidente Fernández (1996-2000) y para entonces el PRD no aceptó la invitación a participar en la elaboración de una agenda nacional que fue truncada en el 2000.


Una convocatoria similar fue hecha en el segundo periodo de gobierno del PLD y Fernández (2004-2008) y, del mismo modo, el PRD hizo caso omiso al llamado hecho en el umbral de la reciente crisis económica mundial.

Esa actitud de rechazo a participar en tales foros fue modificada recientemente, a propósito de la discusión de la Estrategia Nacional de Desarrollo (2010-2030) y es de esperar que se mantenga puesto que la discusión de esa Estrategia es fundamental para el país y debe contar con el sello del principal partido de la oposición.

Quisiera creer que en los 12 años que han gobernado nuestro país el PRD y sus gobernantes han promovido espacios de concertación similares, pero no los recuerdo en este momento.

Creo que eso no ocurrió ni siquiera cuando el partido blanco tenía control absoluto del Senado (2002-2006), con 29 senadores, y cuando la más conspicua contribución de ese dominio fue una reforma constitucional que dejaba todo igual, menos la reelección, introducida para validar las aspiraciones del ex presidente Mejía.

Más aún, en el período 2006-2010 ya el PLD tenía los dos tercios requeridos para legislar por sí solo sin que eso significara ninguna “amenaza para la democracia” como entienden muchos analistas que ocurre ahora.

Y si el PLD y el presidente Fernández dieron aquellas muestras de concertación, ¿por qué entender que van a actuar diferente ahora? Mal hizo la dirigencia perredeista con no plantear sus puntos de vista en los espacios mencionados más arriba y peor harían el PLD y Fernández si no siguen abriendo espacios para el gobierno compartido.

Nuestro país ha dado saltos cuantitativos notables en los últimos veinte a treinta años, pero también ha dado importantes saltos cualitativos, sobre todo en los últimos diez.

Pero hay gente que entiende que no; que seguimos en los tiempos de Concho Primo y en los años en que se “resolvían” las cosas lanzando a las masas a las calles y cuando las urnas de votación aparecían tiradas en cualquier solar y las elecciones se decidían en las puertas de ciertos despachos, mandando generales a parar conteo o agregando palitos y ceritos a las actas.

Hemos cambiado. Eso lo sabe todo el mundo, aunque muchos quieran ignorarlo y prefieran seguir vendiendo la idea de que seguimos en el caos más absoluto y brutal. No es cierto.



Santo Domingo, 26 de mayo de 2010



tejeda.ramon@gmail.com





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