23 de enero de 2010

INGENIERO HAITIANO " aun me duele el alma cuando recuerdo los gritos de mi hija"

Escrito por: ALTAGRACIA ORTIZ G.
“Papi no me dejes morir, esto está muy oscuro”, fue una de las frases que pronunciaba una niña de cuatro años al ingeniero industrial Jacques Delatour, su padre, quien no pudo salvarla, y ahora cuida de su otro hijo en el hospital Robert Reid Cabral.

La pequeña Melindha, de cuatro años murió, pero su progenitor lucha por preservar a su hijo Marc Rodhino, de siete años, contraumatismos diversos sufridos cuando la casa donde vivían en Puerto Príncipe se desplomó sobre él. La madre, Raud Octanvil Delatour, está en la frontera y no ha sido autorizada a entrar al país para ver a su hijo enfermo.
El padre es un ingeniero industrial graduado en Cuba, domina bien el español y a pesar de la tragedia, tiene la esperanza de que su pueblo podrá levantarse.

Los gritos de mi pequeña me llegaban al alma, la sacamos del escombro pero tres horas más tarde murió, pues la atención médica no llegó a tiempo.

“Me preocupa la educación de mi hijo, el futuro de mi familia y mi país, no quisiera regresar, pues no tengo dinero, lo perdí todo”, dijo el profesional, quien ahora ayuda en la traducción de las necesidades que tienen 15 niños haitianos que están ingresados en el hospital Robert Reid Cabral.

A pesar de que se considera un hombre de fe, tiene miedo al futuro. En su país tenía dos ferreterías, pero ahora se ve con las manos vacías.

Agradece la solidaridad de los dominicanos: “Ellos han sido como si fueran hermanos de sangre, personal y colectivamente, eso se llama amor”, dijo Delatour.

Una familia haitiana completa que fue lesionada durante el terremoto se reencontró ayer al ser llevada del hospital Darío Contreras al albergue que patrocina el merenguero Rubby Pérez.

Cuando Bapliste Luckrsv fue trasladado al refugio, donde luego se encontró con su hija Lysandia, su esposa María Micheli, estaba en el Darío Contreras llorando a su esposo e hija, a quienes creía muertos. Cuatro miembros de esa familia están en el refugio facilitado por Rubby Pérez y un menor está todavía ingresado en el hospital Darío Contreras.

Esta familia vivía en una segunda planta, el esposo regresó a la 5:00 de la tarde del martes 12 de enero y los esrcatistas llegaron a las 10 de la noche, cuando ya habían sacado a los cinco miembros de los escombros. Eso se logró con ayuda de vecinos. Dadas las heridas y traumas, fueron llevados a Jimaní y a Santo Domingo.
Ni Joceline ni su marido pueden creer que toda su familia esté junta, y aún así, temen al futuro.

Esther Angewil, una joven estudiante de derecho de Puerto Príncipe, se lucía elegante y bien peinada, mientras el personal de siquiatras, sicólogos y voluntarios se empeñaban en cuidar y proteger a los afectados por el terremoto.

Cada sobreviviente del terremoto tiene una historia triste y desgarradora por contar.


Fuente:Hoy.com

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