MAYAGUEZ, Puerto Rico (AP) — Quizás algunos pensaban que Julio Franco nunca iba a dejar de jugar béisbol. Con un físico privilegiado, fruto de una vida sana y disciplinada, sin duda parece que el dominicano todavía podría agarrar el bate y hacer unos cuantos swings en esta Serie del Caribe.
Pero Franco no está aquí como jugador. Es el manager de los Caribes de Anzoátegui, novena a la que condujo a su primer título del béisbol venezolano en su debut como dirigente en la pelota invernal.
"Estoy contento que (mi debut como manager) haya sido en Venezuela, en Santo Domingo nunca me dieron la oportunidad", comentó el jueves el piloto de 52 años, que jugó en las mayores hasta 2007 con los Bravos de Atlanta.
Ahora, Franco tiene la oportunidad de compartir sus conocimientos desde la banca, el mismo lugar donde vio trabajar de cerca a dirigentes como el legendario Bobby Cox, con quien compartió seis temporadas con los Bravos de Atlanta.
"Dios me dio la oportunidad de estar en el banco como bateador (emergente y designado) y ver a grandes managers", señaló.
"Siempre he vivido disciplinado, en cuanto a la comida y a la vida", comentó. "Tu cuerpo es una máquina, y hay que cuidar esa máquina".
"Todo en la vida tiene que ser un estilo de vida. Yo opté por vivirla sanamente".
Tras dar sus primeros pasos como dirigente, Franco ya empieza a pensar en el siguiente escalón.
Primero viene la etapa de aprendizaje, y para eso el béisbol invernal es una escuela perfecta. Uno de los puntos más complicados es manejar los cuerpos de lanzadores, especialmente con las limitaciones de innings que los equipos de Grandes Ligas le imponen a muchos de sus prospectos.
Y Franco ya tiene definida una identidad como dirigente: "Quiero un equipo rápido, que toque la bola, defensivo, con juego rápido, juego pequeño".
EL CARIBE
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