Por: Rosario Espinal,Sociologa
Fuente: acento.com.do
Un partido que fue baluarte y vanguardia de la democracia dominicana, que gobernó tres veces y en cada ocasión terminó con una tragedia, tiene un gran reto por delante después de la proclamación de sus candidatos a presidente y vicepresidente el pasado domingo, con un PRD finalmente unificado.
El gobierno de Antonio Guzmán terminó con su suicidio. Las explicaciones son diversas, pero una ampliamente mencionada es que lo hizo por miedo al gobierno que le sustituiría de su propio partido.
El gobierno de Salvador Jorge Blanco enfrentó problemas desde el principio: revueltas, muertos y heridos, medidas de austeridad y corrupción. La crisis económica mundial era grande durante la llamada década perdida, pero el manejo interno fue ineficaz. Eso abrió la puerta para el retorno del casi difunto Joaquín Balaguer por 10 años más.
Tomó 14 años para que el PRD volviera al poder, y su estadía en el Palacio Nacional fue corta, 2000-2004. Una crisis económica devastadora y un intento de reelección inaceptable de Hipólito Mejía llevaron al fracaso.
Ahora el camino hacia el poder es posible pero incierto. El PRD tiene a su favor el desgaste del PLD, pero Hipólito Mejía revive la tragedia económica de 2003-2004 en la memoria de un amplio segmento del electorado.
Ante esta situación, tendría que producirse por lo menos una de estas condiciones para que el PRD gane en el 2012: un empeoramiento de la situación económica, una división explícita o implícita en el PLD, o una esintegración del bloque de partidos minoritarios que ha apoyado el PLD.
Que esta sea la situación es muy lamentable para el sistema político dominicano. Una democracia no requiere necesariamente de una alternancia partidaria constante, pero una oposición sólida es fundamental para que un partido gobierne mejor. Desde el año 2004, el PLD ha gobernado sin oposición, y por tanto, su gestión ha sido peor que la de 1996-2000 cuando sí la tenía.
Ante un gobierno por la libre y una oposición que recuerda tragedias, predomina una sensación de falta de opción electoral en la política dominicana, aunque se haga mucho ruido político con las primarias y con la proclamación de candidaturas.
A la fecha, el gobierno del PLD sigue gobernando con los mismos argumentos que llegó al poder en el 2004: la oposición no es opción porque genera caos, incertidumbre y atraso.
A través de los últimos años he utilizado el término "encanto" para referirme a lo que debe hacer un partido o candidato para ganar elecciones, sobre todo si está en la oposición, y por tanto no tiene acceso a los recursos del Estado: tiene que encantar a la ciudadanía.
Encantar en política significa a veces frenesí, pero en otras ocasiones, cuando el frenesí no se logra, y predomina el ejercicio racional de quién conviene más, gana entonces quien es percibido como menos malo.
Para que el PRD vuelva al poder tiene que encantar un amplio segmento del electorado, o tiene que convertirse en el menos malo. A la fecha, no logra encantar, y difícilmente lo logre para el 2012 porque las tragedias en su historia gubernamental pesan mucho.
Para convertirse en la opción menos mala, depende de que la situación económica dominicana empeore en el próximo año, o de que en el PLD se produzcan grandes fricciones en las primarias y en la campaña electoral.
En este sentido, el destino electoral del PRD en el 2012 depende muchísimo de lo que ocurra en su entorno, aunque se mantenga unido como apareció en la proclamación de la candidatura el domingo pasado.
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