En verano, el maquillaje no debe notarse demasiado y ha de ser lo más natural posible. Pero la palabra natural no es equivalente a invisible. Así, no debes renunciar a tus pinturas en verano, sino adaptarlas a la nueva estación. Estos cuatro sencillos trucos pueden ayudarte a lucir tu mejor cara en estos meses de calor.
1. Lo mejor es apostar por colores muy traslúcidos y transparentes, que den apenas un brillo, evitando las texturas mates y opacas. Para conseguirlo, basta con extender un ligerísimo toque de sombra sobre los párpados, lo que se consigue pasando un pincel específico por el párpado móvil, sin llevar el color más arriba de la cuenca. Después, basta con un poco de máscara de pestañas, algo de colorete y pintalabios para estar bonita.
2. Si tienes un tono de piel dorado y se broncea con facilidad, los colores dorados y bronces te sentarán bien. Prueba con suaves reflejos oro viejo y marrón cobrizo, que siempre favorecen mucho cuando se aplican con mesura.
3. Debes tener muy en cuenta los tan temidos brillos, que se multiplican en verano. Si los padeces, no olvides usar bases de tendencias oil free o libres de aceite o, incluso, en vez de polvos, utiliza los papeles matificantes para acabar con los indeseados brillos.
4. En esta época cobran también protagonismo las uñas de manos y, sobre todo, de los pies, que se muestran gracias a las sandalias que no nos abandonan durante la estación. Por eso, puedes probar a maquillarlas con los colores más de moda de la temporada: corales, azul aguamarina, y como clásico eterno e intemporal, el rojo sigue siendo una de las estrellas de cada temporada, sin que ésta sea una excepción.
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