29 de julio de 2009

EL ABORTO

El aborto corresponde a la terminación intencional o no de un embarazo. Las razones principales que se dan para justificar este acto son: que el embarazo atenta contra la salud de la madre o se descubre que el feto tiene alguna deformidad o discapacidad severa, que el embarazo fue a causa de una violación o de incesto; la mujer o la pareja carecen de medios económicos para mantener a su hijo; el niño que va a nacer interfiere con la felicidad y el bienestar de la mujer o de la familia. En el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión, natural o provocada, en cualquier momento de su vida intrauterino. Es un ser humano el fruto de la concepción en sus primeras fases de desarrollo desde que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el óvulo, surge un nuevo ser humano, distinto de todos los que han existido, existen y existirán. En ese momento se inicia un proceso vital esencialmente nuevo y diferente a los del espermatozoide y del óvulo, que tiene ya esperanza de vida en plenitud. Desde ese primer instante, la vida del nuevo ser merece respeto y protección, porque el desarrollo humano es un continuo en el que no hay saltos cualitativos, sino la progresiva realización de ese destino personal. Todo intento de distinguir entre el no nacido y el nacido en relación con su condición humana carece de fundamento. No es verdad que al principio existe una cierta realidad biológica, pero que sólo llegará a ser un ser humano más tarde. La gran mayoría de médicos, en todo él mundo, se niegan terminantemente a practicar abortos, porque saben que un aborto provocado es acabar violentamente con la vida de un ser humano, y esto es enteramente contrario a la práctica de la medicina. Las leyes sobre el aborto se han venido regulando en los ordenamientos jurídicos. Los Estados tienen obligación de penalizar la práctica del aborto. Los Estados tienen obligación de poner los medios, también los jurídicos, para que no se practiquen abortos, del mismo modo que tienen obligación de poner los medios necesarios para que no se asesine, se viole o se robe; y conforme a las técnicas jurídicas actuales, la tipificación penal del aborto como delito es la medida jurídica proporcionada a la gravedad del atentado que supone contra la vida humana. Dios mismo afirma la existencia de la persona desde el momento de la concepción. Toda esta información que hemos recibido y asimilado no se debe entonces de quedar en nuestra manos. Debemos hacer lo posible por ayudar a los demás antes de que cometan el error que muchas mujeres han cometido. Y no debemos nunca olvidar que por mucho que se le cambie de nombre, el aborto siempre es el mismo, sus medios pueden variar también pero su efecto matar a un ser humano inocente, eso no va a cambiar nunca. Con mucho cariño. Desde Bogota, ColombiaM

No hay comentarios: