La primera cumbre de la diáspora haitiana en conjunto con dominicanos de ascendencia haitiana acordó iniciar una campaña “Por la paz y la amistad entre los dos pueblos”. Tras dos días de trabajo, la cumbre que reunió por primera vez a cientos de líderes comunitarios haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana abordó varios tópicos como el de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la nacionalidad, con el propósito de contribuir al reinicio del diálogo entre las partes oficiales.
El excónsul general de Haití en el país Edwin Paraison dijo que el secretario general del evento, Roudy Joseph, resaltó las conclusiones de los grupos de trabajo al considerar de “suma importancia para que la diáspora haitiana pueda ser vista de manera más positiva en la sociedad dominicana el compromiso de dar seguimiento a las recomendaciones expresadas”.
Entre otros, se recomendó el diseño de un plan de acción binacional de 10 años, la construcción de un monumento a la paz dominico haitiana, la creación de una casa de la cultura de la isla.
La cumbre sesionó viernes y sábado en el club Palestino-Sirio-Libanés y concluyó ayer domingo en el batey Los Jobillos, de Monte Plata, donde una delegación de la diáspora haitiana con representantes de Jamaica, Estados Unidos, Canadá y Haití, así como ciudadanos dominicanos fueron a entregar ramos de flores a Juliana Deguis Pierre, considerada como la primera dominicana de ascendencia haitiana afectada por la sentencia 168-13. El evento fue auspiciado por la Fundación Zile, la Fundación Conocimiento y Libertad (FOKAL) y la embajada de Haití en Santo Domingo.
En otro orden, Paraison sugirió a los presidentes Danilo Medina y Michel Martelly que pronuncien discursos a sus respectivos países donde se pongan de manifiesto el amor, la paz y la fraternidad que hay entre los dos pueblos.
Reconoció que la República Dominicana es un pueblo noble y solidario que quiere vivir en paz con su país, así como con sus compatriotas que viven de este lado de la frontera. Llamó la atención, porque según él, existen sectores extremistas, aunque minúsculos, a ambos lados de la frontera que se dedican a agitar y exacerbar los ánimos entre dominicanos y haitianos.
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