21 de julio de 2011

CUANDO LOS NIÑOS NO QUIEREN IR AL MEDICO

 Es común que los niños pequeños sientan cierta aprensión y hasta miedo cuando se dan cuenta de que están en la consulta del médico. Unos se retraen o lloran, y otros hasta dan una pataleta. Como mamá, hay mucho que puedes hacer para aliviar la resistencia de tu hijo de ir al médico. Tu puedes hacer que hijo se sienta más confiado y seguro.

La mamá de Elenita, de 4 años, tiene que llevarla a su visita anual, pero ya sabe que si le tocan vacunas o hay que sacarle sangre, la niña se agita y se resiste y es prácticamente imposible controlarla. Si te encuentras en una situación similar, te tengo unas recomendaciones:

1. Habla con tu hijo(a). Explícale por qué tienen que ver al médico en un lenguaje sencillo que el niño(a) pueda comprender. Por ejemplo: "el doctor quiere ver cuánto pesas ahora. Y como has crecido tanto, hay que ver cuánto mides". Si el niño(a) está enfermo: "El médico va a ayudarte a que se te quite la tos. ¡Verás qué bien te vas a sentir!".

2. Busca formas novedosas de explicar la situación al niño y a que vaya perdiendo el miedo: utiliza su muñeca favorita o un muñeco de peluche para imitar un examen en la oficina del médico (escucha los latidos del corazón, revisa las orejitas, toma el pulso). Así el niño sabe qué puede esperar y no se asustará más adelante.

3. No le mientas, sencillamente ofrécele seguridad: Si el niño te pregunta si lo inyectarán, y si va a doler, no lo engañes. Quítele importancia al pinchazo y dile que estarás siempre junto a él y que pasará pronto.

4. Si tiene suficiente edad, deja que él o ella mismo(a) le explique al doctor cómo se siente y responda a preguntas sencillas durante la visita. Se sentirá más en control y menos ansioso.

5. Habla con el médico: Con seguridad le encantará ayudarte, dedicándole tiempo extra al niño y actuando de forma más amistosa y cariñosa.

6. Una inyección o una extracción de sangre, pueden resultar dolorosas y el pequeñito(a) sentirá miedo. Enséñalo(a) a que respire profundo varias veces para que se relaje, o lleva su juguete favorito o un pasatiempo para entretenerlo y desviar o distraer su atención de la aguja o el pinchazo.

7. ¿Le tocan vacunas? Prueba lo siguiente:

o. Siéntalo sobre tus piernas y mantenlo cerca de ti. Se sentirá mucho más seguro.

o. Mantente tranquila(o) para que el niño se calme también. Háblale pausadamente y hasta puedes cantarle bajito al oído una canción de cuna.

o. Si se porta bien, alábalo, pero no lo regañes tampoco si llora o se resiste. Solamente empeorarás la situación.

o. Consulta con el médico lo que debes hacer para aliviar las molestias y el dolor después de una vacuna (aplicar hielo, tomar algo para el dolor, cuáles y en qué cantidad)

La paciencia y la comunicación son tus grandes aliadas en este caso. Ya verás que con estos sencillos pasos tu hijo(a) irá perdiendo el miedo a ir al médico poco a poco.



Dra. Aliza

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