21 de abril de 2011

POR QUE EL ALCOHOL Y EL GUIA NO LIGAN

Las bebidas alcohólicas y el guía son una mezcla peligrosa. El alcohol es un depresor del sistema nervioso que se absorbe inmediatamente por las paredes del estómago y del intestino, pasa al torrente sanguíneo y afecta las neuronas.
“El efecto inmediato es que la eficiencia del conductor en maniobrar el vehículo es afectada, las reacciones son más lentas y menos certeras y el juzgamiento de las distancias y velocidades son menos confiables”, dice el “Manual de conducción y seguridad vial de la República Dominicana”, de la Dirección de Tránsito Terrestre.
Aparte de eso, advierte el manual, el campo visual se reduce. Y la vista es el sentido por medio del cual se obtiene la mayor parte de la información necesaria para manejar un vehículo de motor.
“Los efectos que produce el alcohol a la hora de conducir son siempre negativos”, dice Estela Fernández, directora de la escuela de conducción del Automóvil Club Dominicano.
Aunque cada persona tiene una resistencia distinta al alcohol, que depende de factores tan diversos como el sexo, la complexión y el consumo de alimentos o medicamentos, entre otros, a la hora de conducir la única cantidad de alcohol en sangre segura es cero.
“Cuando conducimos no debemos tomar alcohol”, recalca Fernández.
La Ley de Tránsito de Vehículos (241) prohíbe conducir en estado de embriaguez pero no señala una tasa máxima de alcohol en sangre permitida. La violación a esta disposición puede conllevar multas económicas, cárcel y la revocación de la licencia de conducir. Pero las peores consecuencias son las lesiones físicas y la muerte.
Efectos
Como muestran los datos del “Manual de conducción”, mientras más alcohol tome una persona, más graves efectos sufrirá su organismo.
Una tasa de alcoholemia equivalente a 0.02 provoca disminución de los reflejos, falsa percepción de las distancias y mala coordinación. El riesgo de accidentes se multiplica por 1.5.
Si la tasa aumenta a 0.03, hay pérdida de atención, falsa percepción de la velocidad y euforia. El riesgo de accidentes se multiplica por dos.
Una alcoholemia de 0.05 incrementa el riesgo de reacción y produce somnolencia. El peligro de accidentes se multiplica por tres.
Mientras que una tasa de 0.08 por ciento hace que la persona tenga visión borrosa, mareos, tome decisiones erróneas y su riesgo de accidentarse se multiplique por seis.
Y, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos, un conductor con un nivel de concentración de alcohol en la sangre de 0.08 a 0.10 tiene once veces más riesgo de estar involucrado en choques que aquellos que no toman. “Este mismo riesgo ñañade la instituciónñ es 52 veces mayor entre los hombres jóvenes”.
Tiempo de reacción
Fernández comenta que el Automóvil Club hace evaluaciones psicotécnicas a los conductores, un tipo de examen por medio del cual se miden las capacidades psicomotrices y el tiempo de reacción (tiempo que pasa desde que la persona percibe un peligro hasta que quita el pie del acelerador).
En un bebedor social, dice, el tiempo promedio de reacción, que es de cuatro décimas de segundo, aumenta hasta once o doce décimas de segundo.
El número parece insignificante, pero en la carretera unas décimas de segundo pueden representar la diferencia entre la vida y la muerte.
El problema es que una persona borracha no suele percatarse de la gravedad de su condición.
“El conductor alcoholizado no se da cuenta ni de que está alcoholizado, ni de nada, está en esa nebulosa que produce el alcohol en la sangre y bajo los efectos que produce sobre el sistema nervioso central”, afirma Fernández.
Incluso, refiere, en el país hay una serie de mitos sobre el consumo de alcohol y uno de ellos es que se conduce mejor con un par de copas en la cabeza.
Por esta y otras prácticas, asevera Fernández, el país tiene una cifra “altísima” de muertes por accidentes de tránsito.
Se estima que el 33 por ciento de los accidentes de tránsito que provocan muertes se debe al consumo de alcohol.
“Nosotros no juzgamos a quien toma ñexpresañ. Beber es una decisión personal, pero hay que saber decidir qué hacer y quién va a ser el conductor designado”.
REPERCUSIONES DE LA INGESTA DE ALCOHOL
Algunos de los efectos del consumo de alcohol sobre el organismo:
Falsa seguridad en sí mismo.
Disminución del sentido de la responsabilidad y la prudencia.
Mala captación de las señales de tránsito y marcas viales.
Disminución de los reflejos y el tiempo de reacción.
Reducción de la visión.
Alteraciones en la atención.
Trastornos psicomotores y falta de coordinación.
Fatiga muscular y sensorial.
Somnolencia.
Pérdida de conciencia.



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