Por: Orlando Gil
Llama la atención que el operativo de recolección de firmas que fuera anunciado e iniciado por el senador Félix Bautista, fuera continuado y terminado por el diputado Abel Martínez, presidente de la cámara baja. El senador Bautista estuvo en todo momento y hasta el final, como también Freddy Pérez, pero por alguna razón se hizo figurar al diputado Martínez como cabeza principal. Fueron de las cosas que se vieron, que no se explicaron y que podrían tener un hondo significado, pues en política los espacios no se abandonan, ni se regalan, y el éxito de toda empresa depende de colocar cada pieza en su lugar. ¿A quién interesa o conviene levantar la estrella del legislador santiaguero? Para que tuviera dicho protagonismo, de seguro que cuenta con un aval hasta ahora desconocido, pues tampoco se cree que iba a entregar su cabeza de manera graciosa. Tal vez no haya sido el mejor debut, pues éxito aparte, el acto no fue más que un juego de caretas después de haber pasado el carnaval...
Los mansos
Como fue fácil observar, tampoco estuvieron todos los que son, pues los organizadores se cuidaron de poner distancia con los aprovechados de ocasión. Entiéndase. Una cosa es no invitar y otra muy distinta decir públicamente quienes no pueden ir. El acto del pasado domingo era un club exclusivo y dieron bola negra a los demás aspirantes a la nominación presidencial del PLD. La providencia fue oportuna, y la prensa la resaltó, de manera que la vergüenza fuera freno suficiente para los paracaidistas. La gente de Franklin Almeyda avisó que iba, y del vicepresidente Rafael Alburquerque se hizo saber que había aportado medio millón de firmas. ¿Por qué el desaire? Si hubieran asistido por h o por erre, conscientes o no, iban a provocar una impresión equivocada. Fuera que lo dijeran o la prensa lo interpretara, los dos millones doscientas mil firmas serían atribuidas al sector oficialista que se opone a Danilo Medina. Es decir, a mansos y cimarrones...
Narcisista
El mensaje fue claro, y confirma lo que había adelantado en más de una ocasión: el presidente Leonel Fernández no va a atajar para nadie, ni va a servir de mampara a los otros aspirantes. El acto del pasado domingo fue políticamente narcisista. El jefe del Estado, aunque se supone que las abejas son de todos, no acepta que nadie pruebe su miel, y que ni siquiera que se ande cerca del panal. El primo de mi infancia que era dueño de los guantes, los bates y las pelotas, y había que dejarlo jugar la base que quisiera, o se rompía la taza y cada cual para su casa. Tiene dos millones doscientas mil firmas, que asegura son dos millones doscientos mil votos, y el PLD se impone siempre con dos millones. Es decir, que tiene y le sobran. Pero él, no cualquiera. Los danilistas, de seguro, estarán haciendo números para resucitar su vieja tesis de que “con cualquiera se gana ” que usaron en la oportunidad anterior, que habían abandonado por razones estratégicas y que ahora desempolvarán a la carrera...
El barbero
Ahora que Pedro Martínez recrea su juventud en un retrato al óleo como el personaje de Dorian Gray, el presidente Leonel Fernández lo asume en la vida real con todo y el estilo agresivo que lo caracterizó en sus años de gloria. Martínez fue famoso por tirar adentro, pegado, casi golpeando, o golpeando, al bateador. Eso, claro está, le ganó el justo mote de El Afeitador o El Barbero. Con el lanzamiento del pasado domingo, el mandatario está obligando a Danilo Medina a retirarse del home. No le dio, pero sí podría en la próxima. Si el PLD gana siempre con dos millones de votos, y él tiene dos millones doscientos mil ¿qué le queda a Medina? Oh, nada. Aunque en el acto había miembros del Comité Político, como Euclides Gutiérrez Félix o Monchy Fadul, falta ver si los tomos con las firmas llegan al seno de ese organismo y este decide en consecuencia. De otro modo, no se entiende que el presidente Fernández secuestre la candidatura del partido con demostraciones ajenas a sus tradiciones...
Tomado del Listin Diario
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