SANTO DOMINGO.- Los trabajadores haitianos son los únicos extranjeros presentes en todas las actividades productivas formales e informarles en República Dominicana y que en algunas áreas han desplazado a los nativos.
Son los únicos extranjeros en los que el Estado dominicano anualmente invierte cientos de millones de pesos para brindarles atención médica gratuita.
El Ministerio de Salud Pública informó que en 2013 destinó el 18 por ciento de su presupuesto en atenciones a haitianos a través de las redes de hospitales y subcentros diseminados en toda la geografía nacional.
Son miles los haitianos que se ganan el sustento en distintas actividades comerciales. En su mayoría no tienen documento y se les permite trabajar sin ser molestados.
En la construcción y las labores agrícolas, los haitianos han desplazado la mano de obra dominicana lo que ha motivado la protesta de organizaciones nacionalistas como la Fuerza Nacional Progresista (FNP).
El diputado y dirigente de la FNP, licenciado Pelegrín Castillo, critica que los empleadores ofrezcan oportunidades a los haitianos, mientras miles de dominicanos están desempleados.
Los bajos salarios sería una de las causas por las cuales se prefiere la mano de obra haitiana.
Son decenas de miles de empleos los que genera la industria de la construcción que de acuerdo a expertos más del 80 por ciento son desempeñados por haitianos.
El Código de Trabajo establece que el 80 por ciento de los empleos de una empresa deben corresponder a los dominicanos, exceptuando los administradores, gerentes y funcionarios de supervisión.
Labores agrícolas
Igual en que la construcción, la mano de obra haitiana es fundamental en la producción agrícola al extremo que en crisis cíclicas que se producen entre las dos naciones por problemas comerciales, los productores criollos han advertido que las cosechas podrían perderse si se impide el reingreso de trabajadores de la vecina nación.
Buhoneros
En la llamada economía informal que integran los buhoneros y chiriperos, poco a poco los haitianos han ido desplazando a los dominicanos.
Por doquier los haitianos han instalado kioscos y casetas en las que venden ropas, comida y otros productos de consumo masivo.
En calles y avenidas se ven haitianos vendiendo tarjetas, a mujeres con los hijos a cuesta pidiendo limosna y otros limpiando los cristales de vehículos.
Hoteles
En las redes hoteleras y turísticas de la región Este, hay un número considerable de haitianos ocupando puestos gerenciales y de otra categoría.
En esta zona de República Dominicana sin contar el Distrito Nacional, es donde residen más haitianos, debido a que allí operaron los principales ingenios del Estado y el corte de la caña lo hacían ellos.
Muchos de esos haitianos que ocupan puestos ejecutivos se formaron en escuelas y universidades de República Dominicana.
De acuerdo a cifras oficiales, en las universidades dominicanas estudian más de 2 mil haitianos, sin embargo, instituciones como Observatorio Domínico-Haitiano dice que son más de 12 mil.
Los estudiantes de la vecina nación han formado su propia asociación para defender sus derechos y canalizar cualquier inquietud al organismo dominicano correspondiente.
Guardianes, choferes
Cientos de haitianos son empleados por compañías como guardianes y choferes por los bajos salarios que se les paga.
De acuerdo a reportes, esos trabajadores tienen un buen comportamiento, y trabajan sin protesta los siete días de la semana.
Motoristas
El “concho” a través de motores es otra de las actividades en la que se encuentra una presencia notoria de haitianos. Con una inversión pequeña, los haitianos conviven con dominicanos en busca del sustento diario.
Prostitución
En los lupanares de la zona norte del Distrito Nacional y otros lugares, abundan las haitianas que junto a las dominicanas ofrecen servicios sexuales.
Muchos dominicanos prefieren las haitianas.
En conclusión, los dominicanos conviven con los haitianos casi en la totalidad de sus actividades económicas, sociales y hasta religiosa.
Un Apunte
Los haitianos no sólo participan en la industria azucarera, sino que también son asimiladores en los renglones de la construcción, el turismo, zonas francas, agropecuaria y el comercio informal.
Fuente: EL NACIONAL
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