Sención Reyes está cansado. Su rostro arrugado resume 55 años de trabajo continuo, como obrero en el muelle de Santo Domingo. Ya no tiene más fuerzas para seguir. Pero quedarse en casa sentado significa apresurar el fin de sus días. No tiene salida.
De la boca de don Sención solo salen lamentos. Tiene 75 años de edad y no goza de una pensión decente. “Nosotros aquí no estamos recibiendo nada. Nos está llevando el diablo”, resabia este viejo, con un sombrero descolorido en sus manos. Sención estaba rodeado de ancianos que necesitan bastones para apoyar sus espaldas dobladas; estropeadas por duros y largos años de faena. Reciben mil 800 pesos mensuales.
“Nos estamos muriendo poco a poco. No tenemos ni con qué enterrar a nuestros compañeros”, expresa don Sención, casi llorando. La miseria que reciben estos obreros no les llega del gobierno, sino de una “caja” de pensiones que se nutre de humildes aportes realizados por todos los trabajadores portuarios y navieros del país.
El edificio donde Sención relata la desgracia de envejecer sin respaldo estatal, está repleto de hombres con más ánimos que fuerzas. “Mañana (hoy) vamos a celebrar el día de nosotros (el Día Internacional del Trabajo) y nos estamos preparando”, expresa Gerardo Ruiz, miembro directivo del Sindicato de Trabajadores Portuario de Arrimo (Poasi), fundado el 28 de marzo del 1961.
Iguales. A pocos minutos del Poasi, otro grupo de hombres de edad avanzada preparaba también el programa de actividades para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. Son sindicalistas, agrupados en la Federación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción, Madera y Materiales de Construcción (Fenticommc).
La situación de estos obreros retirados y sin un peso en los bolsillos es igual de penosa que los ancianos del Poasi. Piden de todo para mejorar su triste existencia y la de aquellos que aun pueden levantar bloques, varillas y fundas de cemento: aumento salarial, rebaja del costo de la vida y congelación de los precios de artículos de primera necesidad.
Lo que más preocupa a estos obreros es morir sin antes haber sido insertados en el Sistema Dominicano de Seguridad Social. Pues actualmente hay unos 20,000 obreros de la construcción con edad para pensión, y que por negligencia y abusos de sus empleadores no pueden disfrutar de este derecho, aunque al menos alcance para curar sus lomos quebrados.
Solo dos mil obreros cobran una mísera pensión de 4,050 pesos, gracias a la Ley 6-86, Sobre el Fondo de Pensiones y Jubilaciones de Trabajadores de la Construcción. Estos recursos tampoco son estatales. Provienen del aporte de los propios trabajadores y del que por ley hacen escasos patronos. “Pero qué sucede, hay una gran cantidad de empresarios e instituciones del Estado del sector construcción que no quieren cumplir con esta ley”, denuncia César Antonio Soto, directivo de Fenticommc.
Este sindicalista explica que los trabajadores de la construcción no están incluidos en el Sistema Dominicano de Seguridad Social, porque para ello necesitan tener un patrón fijo que retenga sus aportes y que mensualmente pague estas contribuciones a la Tesorería de la Seguridad Social. “Pero el trabajador de la construcción es un trabajador móvil, que hoy está en una construcción y mañana se mueve a otra. No tiene un patrón fijo”, observa Soto. Producto de esta situación, miles de trabajadores con más de 40 años han pagado para su pensión y, sin embargo, no aparecen registrados en el sistema.
El reclamo de “Pepe” Abreu
El presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), Rafael (Pepe) Abreu, expresó lo siguiente: “mientras la AFP (Administradora de Fondos de Pensiones) anuncia que hay acumulados 100 mil millones de fondos y que ellas se han ganado 8 mil millones de pesos solo por administrar, más de 90 mil trabajadores con más de 60 años están excluidos del derecho a tener una pensión”.
Testimonios de obreros cansados
Pedro Durán
“Nos han tratado como esclavos”
“Tengo 53 años trabajando en la construcción y nos han tratado muy mal. Los patronos nos han tratado toda la vida como si fuéramos esclavos. Nosotros estamos dando todos los pasos necesarios para que los trabajadores sean beneficiados de la Seguridad Social. El gobierno nos ha dejado (abandonados), porque nosotros somos prácticamente fósiles en etapa terminal”.
Sención Reyes
“Somos un cementerio de hombres”
“Yo vengo trabajando desde antes de (Joaquín) Balaguer. Hace unos cuantos días nosotros fuimos a buscar una liquidación a cada uno dizque de 200 mil pesos que el Gobierno nos prometió.
Elcaribe.com
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