Llega una de las épocas favoritas de muchos, empiezan las fiestas y típicos puestos de vender frutas de temporada y bebidas ya están en casi cada esquina. Pero mientras la Navidad invade los días, las publicidades, las vitrinas y todo a nuestro alrededor, hay lugares que tienen razones muy particulares para celebrarla, otros que tienen costumbres muy curiosas y otros que la pasan por alto.
De acuerdo al país y su cultura, la Navidad tiene distintas formas de celebrarse, es decir, las personas tienen diferentes comportamientos pero a la vez existen ciertas similitudes entre una nación y otra. Por ejemplo mientras que en la República Dominicana comienzan los preparativos y las decoraciones alusivas a esta época desde noviembre y en muchos casos desde octubre, las ciudades en Alemania son famosas por los llamados “mercadillos de Navidad” durante el Adviento, que son las cuatro semanas que preceden la Navidad. Cada año, recorren las calles y callejuelas de las ciudades alemanas el aroma de las castañas tostadas, del vino caliente con canela y los niños y adultos que se pasean por las calles decoradas con luces. Los niños dejan sus cartas en las ventanas dirigidas a Christkind, que es un ángel mensajero del Niño Jesús que distribuye regalos.
Sin embargo, existen otros países como la China y Japón que, aunque no llevan estas creencias religiosas, han decidido seguir las costumbres del Occidente, aprovechando así en gran manera el consumismo de la temporada. En este último, se acostumbra a colocar un árbol de bambú decorado en la puerta de la casa y los niños reciben las “othoshidamas”, unos sobres con dinero. El 31 de diciembre suenan 108 campanadas, en cada una de ellas deben pensar en un problema del que quieran deshcerse, al sonar la última, todos rompen a reír estruendosamente para alejar los malos espíritus.
En el cálido y apasionado Brasil, arman y colocan sus arbolitos generalmente al principio de diciembre; el personaje central es Papa Noel, por otro lado la cena de Navidad la forman con una gran variedad de alimentos como pollo o pavo o lechón asado, ensaladas, castañas o, como le decimos en nuestro país, pan de fruta. A las 12:00 am Papá Noel o “Papai Noel” deja los regalos para los niños. Alguien de la familia se viste de Papá Noel o le pagan a alguien para que lo haga. En las calles se forman grandes filas de este personaje sentados en las aceras, esperando que alguien venga a contratarlos para las fiestas. Se dice que es muy gracioso ver todos los Santas Claus vestidos de rojo, flacos, gordos, altos, pequeños, esperando sus clientes.
Moviéndonos a otras tierras lejanas, en Vietnam se conoce la Navidad como la fiesta del Tet. Se prolonga durante siete días a partir de la primera luna llena. Empieza con tres días de regalos a los dioses y, como tradición, hay que encender una vela para cada familiar que falta o que haya fallecido. La fiesta debe ser alegre y deben abundar las risas porque mientras más alegría haya, más felicidad traerá el año nuevo.
En Finlandia la tradición es poner un envase con comida para los pájaros. No se puede comer ni cenar hasta que estos no hayan acabado toda la comida.
En Perú son normales los castillos de fuegos artificiales. Allí las campanadas se escuchan por la radio y se tiene por costumbre que cada familia quema un muñeco que simboliza el fin del año y con ello se deja atrás todas las cosas malas.
Si seguimos comparando y volvemos al continente europeo, específicamente en España comienzan sus preparativos y el ambiente navideño desde el 8 de diciembre. En esta fecha se celebra la festividad de la Inmaculada Concepción, de especial significado en la ciudad de Sevilla, donde un grupo de seis niños en algunos momentos hacen repicar castañuelas, vestidos a la usanza del siglo XVI, ejecutan un baile rítmico y sencillo, acompañado de música y cantos. Esta es la ceremonia del “baile de los Seises” en la catedral. El día 22 de diciembre se conmemora un acontecimiento que señala el inicio de la Navidad: el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Durante cinco horas, la televisión y la radio transmiten el sorteo. Bares, fábricas y oficinas funcionan a ritmo lento porque millones de personas avivan el oído para escuchar a los niños del Colegio San Ildefonso de Madrid cantar los números ganadores.
Listin Diario
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