Es viernes y casi son las 2:00 de la tarde y para algunas reclusas de Najayo-Mujeres no es un día cualquiera. “Hoy tenemos clase de Historia y Sociedad Propedéutica, una asignatura que nos da nuestro profesor de la Universidad de la Tercera Edad (UTE)”, dijo Irelva Paola Guzmán, quien lleva casi tres años estudiando Derecho en el recinto carcelario.
Mantiene su folleto en manos y en completa calma continúa diciendo que valora mucho poder cursar una carrera universitaria dentro del penal porque “es un escape que te permite salirte de la rutina de lo que es esto acá, la gente en la calle te ve diferente y dice: ella está presa pero está haciendo algo”. Fue condena a 15 años por homicidio y el tiempo en prisión la ha llevado a entender que “hoy en día el que nada sabe, nada vale, hay mucha ignorancia en el país y muchas de las cosas que estamos sufriendo hoy en día es por eso, por la ignorancia, por no querer estudiar”.
Universidades llegan a otras cárceles
Guzmán es una de las beneficiadas de los esfuerzos realizados por la Fundación Mujeres por la Educación, que preside Peggy Cabral, la Procuraduría General de la República y la Universidad de la Tercera Edad (UTE).
La fundación trabaja en dos aspectos: tres escuelas laborales en combinación con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) y la universidad en las cárceles, que ya va para su tercer año. “Estos son programas de mucha conciencia, las personas sienten que se les está dando una oportunidad”, sostuvo Cabral. Detalló que además de Najayo (mujeres y hombres) el programa está en Santiago, en la cárcel de Rafey (hombres y mujeres).
“Este año, más tardar a finales de marzo, esperamos poder abrir Moca y San Pedro, trasladando algunos de los estudiantes de La Romana a San Pedro para que participen de las clases”, precisó. Indicó que además de la UTE también la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) está integrada a esta iniciativa y con ellos comenzarán las clases en San Pedro. “Entendemos que una persona que está en la cárcel si se educa, está comprobado, que el porcentaje de retorno es mucho menor, se tiene un cálculo que un 50% en momentos normales retorna a la cárcel pero cuando ejercen estudio solo retorna entre el 7% y el 10%”, manifestó. Cabral. Dijo que la meta es completar el programa en todas las cárceles del nuevo modelo.
De su lado, Crisálida Díaz, coordinadora general del proyecto, informó que actualmente tienen siete grupos con alrededor de 200 alumnos.
Díaz habló mientras supervisaba los cursos de Psicología y Derecho que se desarrollan en Najayo, únicas carreras que se imparten por elección de los reos (as).
Las licenciaturas se desarrollan bajo la modalidad semipresencial con la diferencia de que la universidad va donde están los alumnos, no ellos a la casa de estudios. La fundación beca a los y las internas que llenan los requisitos para ingresar a la universidad y paga por la matrícula de cada uno de ellos.
Además, si algún interno (a) obtiene su libertad antes de terminar la carrera puede regresar al penal el día de clases y terminar sus estudios, es decir, su puesta en libertad no impide que sigan en el programa.
“Ha sido una experiencia maravillosa, me visualizo como una terapeuta ayudando a los demás”, dijo Flor Báez, estudiante de Psicología Clínica.
Sobre la fundación
La Fundación Mujeres por la Educación está dedicada, principalmente, a educar en los diferentes aspectos. Inició con los programas de alfabetización en los barrios y luego fueron incorporando programas de educación técnico-profesional. Posteriormente, se comenzó a alfabetizar en la cárcel de La Victoria y luego, en Najayo-Mujeres, se inició una escuela laboral para enseñar oficios. Cabral explicó que la fundación nació por José F. Peña Gómez porque entendió que “había que dar y no solamente pedir el voto”. La fundación recibe un aporte de 40 mil pesos por parte del Gobierno.
Mantiene su folleto en manos y en completa calma continúa diciendo que valora mucho poder cursar una carrera universitaria dentro del penal porque “es un escape que te permite salirte de la rutina de lo que es esto acá, la gente en la calle te ve diferente y dice: ella está presa pero está haciendo algo”. Fue condena a 15 años por homicidio y el tiempo en prisión la ha llevado a entender que “hoy en día el que nada sabe, nada vale, hay mucha ignorancia en el país y muchas de las cosas que estamos sufriendo hoy en día es por eso, por la ignorancia, por no querer estudiar”.
Universidades llegan a otras cárceles
Guzmán es una de las beneficiadas de los esfuerzos realizados por la Fundación Mujeres por la Educación, que preside Peggy Cabral, la Procuraduría General de la República y la Universidad de la Tercera Edad (UTE).
La fundación trabaja en dos aspectos: tres escuelas laborales en combinación con el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) y la universidad en las cárceles, que ya va para su tercer año. “Estos son programas de mucha conciencia, las personas sienten que se les está dando una oportunidad”, sostuvo Cabral. Detalló que además de Najayo (mujeres y hombres) el programa está en Santiago, en la cárcel de Rafey (hombres y mujeres).
“Este año, más tardar a finales de marzo, esperamos poder abrir Moca y San Pedro, trasladando algunos de los estudiantes de La Romana a San Pedro para que participen de las clases”, precisó. Indicó que además de la UTE también la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) está integrada a esta iniciativa y con ellos comenzarán las clases en San Pedro. “Entendemos que una persona que está en la cárcel si se educa, está comprobado, que el porcentaje de retorno es mucho menor, se tiene un cálculo que un 50% en momentos normales retorna a la cárcel pero cuando ejercen estudio solo retorna entre el 7% y el 10%”, manifestó. Cabral. Dijo que la meta es completar el programa en todas las cárceles del nuevo modelo.
De su lado, Crisálida Díaz, coordinadora general del proyecto, informó que actualmente tienen siete grupos con alrededor de 200 alumnos.
Díaz habló mientras supervisaba los cursos de Psicología y Derecho que se desarrollan en Najayo, únicas carreras que se imparten por elección de los reos (as).
Las licenciaturas se desarrollan bajo la modalidad semipresencial con la diferencia de que la universidad va donde están los alumnos, no ellos a la casa de estudios. La fundación beca a los y las internas que llenan los requisitos para ingresar a la universidad y paga por la matrícula de cada uno de ellos.
Además, si algún interno (a) obtiene su libertad antes de terminar la carrera puede regresar al penal el día de clases y terminar sus estudios, es decir, su puesta en libertad no impide que sigan en el programa.
“Ha sido una experiencia maravillosa, me visualizo como una terapeuta ayudando a los demás”, dijo Flor Báez, estudiante de Psicología Clínica.
Sobre la fundación
La Fundación Mujeres por la Educación está dedicada, principalmente, a educar en los diferentes aspectos. Inició con los programas de alfabetización en los barrios y luego fueron incorporando programas de educación técnico-profesional. Posteriormente, se comenzó a alfabetizar en la cárcel de La Victoria y luego, en Najayo-Mujeres, se inició una escuela laboral para enseñar oficios. Cabral explicó que la fundación nació por José F. Peña Gómez porque entendió que “había que dar y no solamente pedir el voto”. La fundación recibe un aporte de 40 mil pesos por parte del Gobierno.
Opiniones
Galita del Pilar Díaz (peruana)
Estudiante de Sicología
Estudiar aquí es una buena oportunidad para aprovechar el tiempo. El nuevo modelo es de mucha ayuda para las personas que quieren salir adelante y que quieren aprender. Los problemas nos tratan de ahogar, pero hay que poner de su parte.
Estudiante de Sicología
Estudiar aquí es una buena oportunidad para aprovechar el tiempo. El nuevo modelo es de mucha ayuda para las personas que quieren salir adelante y que quieren aprender. Los problemas nos tratan de ahogar, pero hay que poner de su parte.
Ana Báez
Estudiante de derecho
Estudiar me ayudó a entender que no son problemas personales de los jueces o fiscales contra los imputados, sino que ese es su trabajo. Cuando pueda ejercer quiero ayudar personas de escasos recursos que estén privadas de su libertad.
Estudiante de derecho
Estudiar me ayudó a entender que no son problemas personales de los jueces o fiscales contra los imputados, sino que ese es su trabajo. Cuando pueda ejercer quiero ayudar personas de escasos recursos que estén privadas de su libertad.
Adelfa Rodríguez
Estudiante de derecho
Ahora yo voy con una visión diferente a la calle, con la visión de valorar las cosas, hay que aprovechar el tiempo. Nosotros hemos contado con personas que nos han apoyado y han venido de la mano con nosotros en este proyecto.
Estudiante de derecho
Ahora yo voy con una visión diferente a la calle, con la visión de valorar las cosas, hay que aprovechar el tiempo. Nosotros hemos contado con personas que nos han apoyado y han venido de la mano con nosotros en este proyecto.
Crisálida Díaz
Coordinadora del programa
Las calificaciones son excelentes, yo estoy sorprendida, le damos seguimiento constante, hasta ahora ninguna interna ha reprobado, las mantenemos en constante motivación, es la universidad trasladada aquí con todos los requisitos que implica.
Coordinadora del programa
Las calificaciones son excelentes, yo estoy sorprendida, le damos seguimiento constante, hasta ahora ninguna interna ha reprobado, las mantenemos en constante motivación, es la universidad trasladada aquí con todos los requisitos que implica.
El Caribe
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