Hace dos años que, mirándose en el espejo, Milagros Cabral decidió que debía ponerle punto final a su brillante carrera en el voleibol y hacerles el juego a otras cosas que desde hace tiempo tenía en agenda.
La veterana atleta reconoció que luego de 17 años en la selección nacional, con la que disputó 389 partidos internacionales (por mucho la que más), incluyendo 10 en los Juegos Olímpicos y 38 en campeonatos mundiales, le había llegado el momento de retirarse porque el voleibol ya no le divertía como antes ni estaba en su lista de sus prioridades.
Asimismo, reafirmó el compromiso de devolverle lo más que pueda a un país que cree que está en deuda con ella por haberlo representado con clase en cada cancha que pisó en los continenes americano, europeo y asiático.
Asimismo, se vio muy delgada y se propuso complacer esa parte cosmética que tanto deslumbra a las damas.
Durante muchos años el deporte de alta competición --que no ve con buenos ojos kilos de más ni embarazos (el período menstrual sí, porque es inevitable)-- le negó las libras que su cuerpo necesitaba para verse más elegante.
“Tomé esa decisión sola en mi casa, mirándome en el espejo”, recuerda Milagros. “Tenía dos años tratando de decírselo a Cristóbal (Marte), al equipo nacional, al país”, subraya Cabral, escogida el pasado año para la campaña “Heroes” desarrollada en todo el mundo por la Federación Internacional de Voleibol.
Afortunadamente para “Milly”, como le dicen sus hoy ex-compañeras del colectivo tricolor, es designada como directora de Deportes del Ministerio de Deportes en el Distrito Nacional, desde donde puede cristalizar sus anhelos.
“Estar en el Ministerio de Deportes para mí ha sido lo mejor”, resalta desde la acogedora oficina que tiene en esa cartera, la cual está adornada con dos grandes cuadros en los que se exhiben las últimas franelas que sudó con la selección en Londres.
También por otro más pequeño con su esposo José Armando Acosta (“Niño”) y su hijastra Rosángela Acosta, a quien quiere como si la hubiera gestado y con la que paradójicamente tiene un gran parecido físico.
Justo al lado, figura en otro con Félix Sánchez en una instantánea tomada en el pasado ceremonial del Pabellón de la Fama (“Félix es inspiración, explica cuando se le pregunta porqué con el doble medallista olímpico”).
“Yo me siento en verdad llena. Aquí lleno el vacío que dejó el voleibol porque era lo que quería hacer”, señala con evidente satisfacción sobre su nuevo rol de servidora pública.
“Debo agradecerle infinitamente al ministro Jaime David Fernández Mirabal, quien me tomó en cuenta para este cargo, cargo que de verdad lo hago con todo el amor, porque es lo yo quería, ayudar a la sociedad, ayudar a la comunidad, ayudar a la patria”, expresa mientras mueve sus grandes y curiosos ojos negros,
En las postrimerías de su dilatada carrera, Milagritos comenzó a dar charlas, clínicas y otro tipo de ayudas en ligas y clubes de varios barrios.
Estoy súper contenta, feliz, porque quizas me ven aquí ahora, pero yo tenía ya un tiempo trabajando, ayudando a las comunidades, jovenes de los barrios, detrás de las cámara, y ahora públicamente lo estoy haciendo”, declara.
De todas las actividades que organiza, la que más disfruta es la denominada “Un día con la comunidad”, dirigidos por recreólogos y en el que los niños y jóvenes, principalmente, juegan al basquet, voleibol y cruzan guantes.
“Ver esas caras de los niños felices, ya con eso tú te emocionas”, apunta Milagritos, quien tiene como asistentes a Giselle Polonia, una de sus mejores compañeras en su club base (Los Cachorros) y Nurys Arias, en la selección de voleibol.
“El trabajo puede ayudar a muchísimos jóvenes que pueden perderse. Le llevamos ese espíritu deportivo a esas comunidades”, destaca, quien para realizar un mejor trabajo aún tiene pendiente realizar un diplomado en
“Yo me preparé para esto, soy una persona que pasa páginas”, subraya Milagros con la tranquilidad de quien tiene el futuro de ella y su famila asegurado debido a que ganó buen dinero como refuerzos en Puerto Rico (cuatro años), España (3) Korea (2)., Rusia (2) Japón e Italia (1).
“Me visualicé siempre en este trabajo, dando esa mano amiga. Nunca me vi como entrenadora”, acota.
Las pesas, los entrenamientos y el fatigable calendario de juego de la selección mantuvieron por años su formateado físico en 130 libras. “Me encanta como me veo ahora”, confiesa Milagros, seleccionada por una revista especializada como uno de los rostros más bellos de los Juegos de Londres.
A su linda cara le ha agregado un cuerpazo que trata de mantener tonificado haciendo aeróbicos, una especie de recreo para su cuerpo si se toma en cuenta la rutina que llevaba antes.
Ya tiene 150 libras y una figura que llama la atención cuando viene o va. Muchos no se atreven a piropearla por su gran personalidad, pero miran y comentan.
“Me encanta como me quedan los vestidos. Me veo muy femenina. La gente me lo dice. Me encanta mi cuerpo, no estoy tan dura, tan rígida como antes... Parecia un machito”, declara Cabral, de 34 años, una amante de la moda.
“Mi esposo también está encantado (risas)”. Su fascinación por la moda queda expresada diariamente por la forma impecable en que acude a su nuevo trabajo. En ese aspecto es asistida por el reconocido diseñador Luis Menier.
El momento llegó en agosto del 2012 y no había porqué seguir dándole largas a unos planes que ya le seducían más que el voleibol y en los Juegos Olímpicos tuvo el mejor escenario.Sin pensarlo más le dijo adiós a un deporte que le dio fama, fortuna y vivencias que atesora. Y lo hizo de tal forma que no le echa de menos. “Soy una persona que pasa páginas. La gente no me lo cree, pero no me hace falta el voleibol”, revela.Las veces que le ha puesto las manos a un balón ha sido para realizar uno que otro saque de honor en torneos a los que se le invita o para filmar anuncios, como el que hizo para la campaña “Quiéreme como soy”.
Una vez libre de los rigores que de los viajes y largas sesiones de entrenamientos y calendario de juegos en el extranjero que le imponía la selección nacional, Milagros recibe ofertas de prestigiosas empresas, entre ellas realizar una sección de deportes en un prestigioso noticiario.
Pero su vocación por ser parte de la noticia, más que darla, la llevaron a declinar la propuesta.
Listin Diario
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