15 de marzo de 2012

ROBINSON CANO: SE LO QUE ESTOY BUSCANDO

Lo que quizás algunos no saben es que su padre, José Canó, también estuvo en las Grandes Ligas, militando con los Astros de Houston en el 1980, y que ha sido una de las principales inspiraciones de este portento del madero, que todavía no ha dicho sus últimas palabras en el “juego de niños que hace millonarios a los adultos”.




Lejos del terreno de juego, ¿quién es Robinson Canó?

Una persona amigable, humilde, sencillo que siempre trata de ser él mismo, sin poses. Me considero alguien a quien le gusta compartir con su familia y sus amistades, que suele darle muchas gracias a Dios por todo lo que me ha pasado y está pasando en mi vida y mi carrera.



Soy amigo de los amigos. Si eres mi amigo nunca haría nada que te haga daño ni hablo mal de ti; si veo algún problema, te lo digo en la cara, te doy un consejo, pero sé que al final eres quien decide qué hacer.



Me gusta compartir con ellos y, como no soy muy amigo de las discotecas, prefiero jugar unas manos de dominó, compartir algunos tragos sociales, sentarme en el malecón, pero todo en tranquilidad.



¿El béisbol es realmente el “juego de niños que hace millonarios a los adultos”?


Hay muchas personas que lo piensan así, sin embargo, mira lo que estoy haciendo en mi tiempo libre. Mi día normal se inicia a las 6:00 de la mañana, me voy a la pista a correr de 6:45 a 8:00 de la mañana, media hora después me voy al gimnasio hasta las 10:30. De ahí me voy al estadio a practicar desde las 11:00 hasta la 1:00. Esto es de lunes a viernes, naturalmente, los fines de semana los tomo para descansar.



Pero cuando comienza la temporada, estamos metidos en los juegos, normalmente desde las 6:00 de la tarde hasta que se acaba, si se atrasa, fácilmente tiene que estar metido en un play hasta las 11:00 o las 12:00 de la medianoche; en muchas ocasiones, tienes que trasladarte a otra ciudad en un vuelo que te dura cuatro o cinco horas, para luego tener que jugar todo cansado.



Es cierto que es una profesión que te deja bastante dinero, pero a la vez te va alejando de tu familia. Ya lo más lindo se va perdiendo.



Ok. ¿Qué le hizo inclinarse por esta profesión?


Mi padre. Siempre he recibido su apoyo, sin sus enseñanzas no estaría en donde estoy actualmente. Desde que tengo uso de razón, él siempre me cargaba y me llevaba al play, me enseñaba a los compañeros de su equipo. Ya como pelotero profesional, siempre me ha dado buenos consejos.



De las personas que contribuyeron a su formación profesional, ¿recuerda alguna?

A Luis Mercedes. Cuando lo conocí, era el capitán de las Estrellas Orientales. Él siempre me mandaba al short, junto con un muchacho llamado Víctor Vásquez, para ver cuál aparaba más de los dos. Cada vez que iba al play con mi padre, Mercedes me pichaba práctica… A él le estoy muy agradecido y por eso se convirtió en mi instructor de bateo desde el 2003.



Su historia no es igual a la de muchos de sus compañeros beisbolistas, que vienen de hogares con muchas precariedades económicas…

En mi casa no éramos millonarios ni ricos, pero nunca faltó comida en la mesa. Fui al mejor colegio de la época, teníamos buena ropa, habían vehículos, etc. Ahora bien, eso no significa que no haya pasado hambre, algunas veces no me daba tiempo ni de comer por cumplir con mis obligaciones en el play. ¡Imagínate!, salía del colegio, mientras otros de mis compañeros preferían irse al parque, llegaba desde la 1:00 de la tarde hasta las 6:00, bateando, atrapando bolas, haciendo ejercicios y sin comer. Pero esto lo hacía por la necesidad que tenía de jugar, de estar en la fila de los buenos. En esto hay que tener mucha fuerza de voluntad, disciplina y orden. Muchos de los compañeros decían que yo estaba frustrado con la pelota. Le doy gracias a Dios, porque “ese frustrado”, míralo donde está hoy día.



Siempre he estado muy centrado en mis metas. Sé lo que quiero lograr y lo que estoy buscando.




Ya en las Grandes Ligas, ¿tuvo que enfrentar muchos obstáculos?

Uno siempre pasa por tropiezos, en ocasiones no te salen las cosas bien, te hablan duro, pero gracias a la educación que me dio mi padre, asumo mis errores y pido excusas si he faltado.



En el pueblo se habla mucho del Robinson Canó que siempre está dispuesto a darle su apoyo a quien lo necesita. ¿Siempre ha sido así?


Desde niño me incliné por el béisbol, por lo que, esos juguetes que no eran ni bates, ni guantes, ni pelotas, solía regalárselos a mis compañeros menos pudientes y a los limpiabotas. También, cuando veía a esas personas minusválidas, le quitaba dinero a mi papá para ayudarlas. Tuve muchos compañeros que iban al play con tenis rotos, pero se les veía ese deseo de querer llegar para ayudar a sus familias. Son cosas que te marcan.Estoy consciente de que nuestro país es muy pobre, es por eso que cada vez que puedo hago mis aportes a la comunidad.



¿Hace sus aportes y ayudas de manera informal, o tiene alguna fundación?


Sí, tengo una fundación que se llama “RC 24”, y a través de ella hemos donado varias ambulancias y autobuses para que transporten a esos niños que viven en los campos y estudian aquí en San Pedro de Macorís. También llevamos alegría a muchos pequeños en el Día de Reyes, en fin, tratamos de poner nuestro granito de arena a favor del bienestar colectivo. Eso me hace sentir más que orgulloso, porque es una meta que me propuse.



Observamos que tiene una colección con artículos de diferentes luminarias del mundo de los deportes. ¿A qué responde eso?

Me gusta coleccionar camisetas, bates, artículos de mis compañeros y de otras disciplinas deportivas. Lo veo como recuerdos de su grandeza presente, porque, con el tiempo, las hazañas se olvidan, pero las fotos y los artículos siempre las mantienen frescas. ¿Te imaginas que un pelotero te diga que fue un duro en sus tiempos, pero no tiene ni siquiera una postalita para probarlo? ¿Qué pensarías de él? Ahora bien, cuando te presenta una prueba, te informa mejor y compruebas que sí, realmente era un duro como decía.



En un plano más personal, ¿dónde estudió? ¿Cuál es el nombre de su madre? ¿Tiene algún hermano…?

Estudié en el colegio San Pedro Apóstol, en el centro del pueblo y también en los Estados Unidos por unos tres años, en la Barringer High School. Al año de regresar al país, firmé con los Yankees de Nueva York, mi equipo. Mi padre, te dije ya que se llama José Canó, cariñosamente “Josesito”, y mi madre es Claribel Mercedes. Soy el mayor de 9 hermanos: 6 varones y 3 hembras. A todos ellos les ayudo y les aconsejo constantemente para que se mantengan siempre humildes y puedan ser alguien en la vida.



¿Qué es lo que más le gusta de San Pedro de Macorís?

La forma como me tratan. Toda la vida he recibido ese cariño especial de mi gente de San Pedro de Macorís. Como mi padre jugó, era bien conocido en el pueblo. Ahora yo, con mi juego, estoy siguiendo una tradición del pueblo.



¿Puede mencionar algunas de las herramientas que le han ayudado a ser un mejor deportista y ser humano?


Buscar de Dios, honrar a mi padre y a mi madre siempre, y obedecer a los mayores. Esas son las tres primeras cosas que necesita un pelotero, las demás herramientas están en ti, solo tienes que trabajarlas. Hay que fajarse, nada viene fácil ni cómodo, hay que saber esperar y aguantarse; en ocasiones hay problemas con los compañeros, los managers, pero siempre hay que mantener la calma.
 
 
 
Listin Diario

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