EL CINISMO DE LA SINDICA MAMI SOSA CON LA EDUCACION

Por Guarionex Luperón Para la Sindica y regidores del ayuntamiento de Pepillo Salcedo es evidente que la educación de los pobres de nuestras comunidades no tiene ninguna importancia, ni es parte de sus agendas y prioridades. “Por los hechos los conoceréis”, una sentencia bíblica muy certera del cristianismo, y hechos tenemos de sobras, pero solo vamos a citar tres que son estremecedores e indignantes: 1-Los maestros de las Escuelas pre-escolares de Altos de La Paloma, Las Casitas, Copey y Gozuela, un hermoso proyecto educativo de la gestión anterior, con dolor y lágrimas, han tenido que abandonar las clases pre-escolares, dejando a decenas de niños de barrios pobres sin el pan de la enseñanza, porque la señora Sindica no le paga y cuando le paga el mísero salario menor de dos mil pesos, es a base de ruegos e insultos. 2-La guagua escolar que se usa para el transporte de los estudiantes de Copey, Gozuela y Carbonera tiene dos meses dañada, sin que nadie sepa las razones por qué no se ha reparado, cuando todo el mundo sabe que está parada porque el mecánico de Las Matas de Santa Cruz quiere “cuarto alante” y según la Alcaldesa, el ayuntamiento está “técnicamente quebrado”, ¡ojo! para los servicios del pueblo no para su clientela, mientras tanto, ya se inició el año escolar y los muchachos de Copey, Carbonera y Gozuela que se lo lleve el diablo. 3-Da pena y vergüenza que mientras estas autoridades municipales se exhiben orgullosas, intentando doblegar a humildes ciudadanos con materiales de construcción de procedencia dudosa, decenas de estudiantes universitarios de Manzanillo, Copey, Carbonera y Santa María, tengan que andar como antiguos riferos, vendiendo una boleta de veinte pesos para comprar un libro de mercadeo o de derecho, porque el ayuntamiento no se ha ocupado, por la ignorancia de los incumbentes de actualizar las bibliotecas del municipio, que están obsoletas. Le cuento que cuando vi al Jevo de Vicenta y a Wellington, con esas boletas en las manos, dos muchachos que se fajaron para que ganara el presidente Leonel Fernández, me dieron ganas de llorar y pensé : “ ¿Cómo le podemos pedir a estos jóvenes que sean buenos ciudadanos, si nosotros somos tan malos funcionarios?. y nadie venga a culpar al gobierno de la incapacidad de la Sindica y de los regidores del municipio, que por hacerse indiferente y renunciar a su rol supremo de fiscalización de la gestión municipal, también se hacen, por defecto, cómplices del desorden y de las acciones anticomunitarias. El cinismo de la Sindica y regidores es tan grande que por seguir en el desorden, son capaces de subirse a un púlpito a decir que la “educación es la base del desarrollo”, de conseguir con su carita disfrazada de ángel que la premien con la entrega de la reparación de la escuela José Gabriel García y llegar al colmo anti-ético de atreverse a ir al liceo secundario de Manzanillo que lleva el nombre de una educadora tan extraordinaria como Lourdes Morel de Abreu, a inaugurar el presente año escolar. Esto es lo que se llama tener cachaza. Y me pregunto ¿Los estudiantes de Copey, Gozuela y Carbonera no tenían un zapato?