Los productos, la secadora, la contaminación, la alimentación… son muchos los factores que influyen en la belleza del cabello. Sin embargo, más que pociones mágicas, lo que realmente hace que una cabellera sea hermosa a la vista, al tacto e incluso al olfato, es la salud. Aquí te presentamos ocho pasos básicos para mantener tu cabello sano.
Empieza por la raíz. La resequedad, el exceso de grasa y la caspa pueden dañar el folículo y afectar la cabellera hasta las puntas. Identifica qué tipo de raíz tienes y elige un tratamiento adecuado para ella. Antes de dormir, cepilla tu cabello en seco, aplícale una mascarilla de noche y dale un buen masaje (por lo menos diez minutos, del cuello hacia el rostro y del rostro hacia el centro). Si lo haces una vez por semana, esto mejorará la ciruclación de la sangre en la raíz, manteniéndola oxigenada y lista para aprovechar los nutrientes que le apliques.
Usa un corte limpio. Eso quiere decir que no requerirá un peinado demasiado producido que puede maltratarlo. Pídele a tu estilista que le dedique tiempo a tu corte, que estudie tu rostro, que use los instrumentos adecuados para la textura, el grosor y la forma de tu cabello. El degrafilado con navaja, por más que se ponga de moda, no es para todo el mundo. Un corte limpio permitirá que tu cabello se acomode libre y naturalmente. Un principio que me enseñó mi estilista, que parece muy obvio pero mucha gente ignora: entre más complicado es tu corte, más mantenimiento requiere, en casa y en el salón. Como mínimo, un corte con mucho diseño debe retocarse cada seis semanas. Eso sí, con corte fashion o sin él, debes hacerte un riguroso despunte cada cierto tiempo para estimular su crecimiento y evitar que las puntas tengan apariencia de escobilla.
Lávalo con moderación. ¿Cada cuántos días? Es difícil determinarlo, cada cuero cabelludo es un mundo, pero hay que confiar en los sentidos. Revisa si se ve y se siente grasoso, si huele mal, si tiene escamas… Es importante lavarlo con frecuencia para evitar que los folículos se tapen, pero hay que ser cuidadosos si lo lavamos diario, porque podemos resecarlo.
OJO con el shampoo/acondicionador. La mayoría de los shampoos contienen detergentes que son demasiado ácidos para el cabello. Otros tienen siliconas, que lo vuelven pesado y lo saturan de químicos. Procura usar un shampoo orgánico, los extractos vegetales que contienen estos productos son menos agresivos y más concentrados, y eso hace que requieras menor cantidad. Si usas crema para peinarte, trata de no abusar del acondicionador, cuando los combinas “matan” la caída natural del cabello. Si usas acondicionador, enjuágalo bien para evitar que la capa de químicos adelgace las fibras o tape los folículos.
No abuses de los productos. Huelen delicioso y prometen maravillas, pero pocas veces reparamos en sus efectos a largo plazo y en las malas combinaciones que hacemos. Por ejemplo, al usar un shampoo demasiado agresivo, dejamos la raíz sin su lubricante natural, enseguida lo saturamos de crema o serum y finalmente le aplicamos una capa de mousse o gel con alcohol. En lugar de hacerle un bien a tu cabello, le estás exigiendo que se adapte a distintas condiciones físicas y químicas en un solo día. Reparte el uso de los productos a lo largo de la semana, opta por un shampoo “detox” o libre de sulfatos, ambos remueven el exceso de químicos y contaminación (los venden en los salones de belleza, no en el supermercado). Si no lo encuentras en tu ciudad, opta por la receta de la abuelita: una vez por semana, al terminar de bañarte, enjuaga tu cabellera con un litro de agua fría en la que previamente has disuelto tres cucharadas de bicarbonato.
No lo quemes. Si tu ritmo de vida requiere que uses la secadora para peinarte, toma en cuenta que no debes usar la temperatura más alta, ya que eso reseca tanto la raíz como las puntas. Por el bien de tu cabello y de tu economía (las secadoras en temperatura alta gastan mucha energía), consigue una que tenga temperatura media o fría. Complementa estos cuidados con un bálsamo especial para proteger al cabello del calor. Si vas a salir de vacaciones o necesitas exponerte al sol, usa un sombrero y aplícate un poco de bloqueador en el cuero cabelludo expuesto, ya que las quemaduras dañan el folículo.
Come adecuadamente. Los cuidados externos funcionan cuando son un complemento de la salud interna. Los nutrientes y la hidratación son claves: desintoxícate, ingiere fruta y verdura fresca diariamente, come menos carne y opta por el pescado o los mariscos, cuyos aceites esenciales nutren tu cabello desde dentro.
Lava tus herramientas. En los peines, cepillos, tenazas, broches y planchas se quedan residuos de producto, cabellos, escamas, grasa y polvo. Procura mantenerlos limpios y lavarlos con agua y jabon neutro una vez al mes, sobre todo si los compartes con amigas o familiares.
EN TACONES
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