20 de febrero de 2012

BALTAZAR GARZON: SEGUIRE LUCHANDO POR LA JUSTICIA

A Baltazar Garzón no lo amilana la decisión del Tribunal Supremo español de inahibilitarlo como juez durante once años y desde ya tiene muy claro cómo será su futuro: “Mientras pueda, mientras me queden fuerzas, voy a luchar por más justicia, más protección, más seguridad para la sociedad”, y enfáticamente contra el terrorismo, la corrupción, el crimen organizado y a favor de los derechos humanos.
Así está escrita la agenda del porvenir inmediato del hombre que, con las leyes en las manos, persiguió a tiranos y asumió todos los riesgos que implica la lucha sistemática y sin dobleces contra el terrorismo que ha abatido a su país, España, por décadas, y que en una corta visita privada a República Dominicana aceptó hablar para el LISTÍN DIARIO, en exclusiva, sobre su papel en la vida y sobre las Altas Cortes creadas en el país y el rumbo de la lucha contra las drogas a nivel internacional.
De 56 años de edad, el juez más famoso de España e Iberoamérica ha sabido adentrarse en los campos minados del terrorismo de la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), en la dictadura de Francisco Franco y ordenó el arresto del ex dictador chileno Augusto Pinochet. Su suspensión fue dictada el 9 de febrero pasado por la Sala Segunda en lo Penal del Tribunal Supremo de España.
Garzón vino como invitado especial del abogado Vinicio Castillo Semán, quien le ofreció el pasado sábado un almuerzo privado en su residencia de Palmas de La Costa, en La Romana, donde conversó con el presidente Leonel Fernández, el vicepresidente Rafael Alburquerque, el procurador general de la República, Radhamés Jiménez, el presidente del Tribunal Constitucional, Milton Ray Guevara, empresarios y comunicadores.
Fue entrevistado por el director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul, y el periodista Abel Guzmán Then, a quienes aseguró que continuará enfrentando con las mismas energías el terrorismo, la corrupción y los crímenes contra la humanidad desde un punto de vista no jurisdiccional, además de continuar las labores humanitarias poco conocidas que ha realizado.
También propuso que en República Dominicana se creen jurisdicciones o tribunales especializados contra el narcotráfico. Se mostró partidario de que se despenalice parcialmente el consumo de drogas “junto con un sistema de prevención y de educación para la salud muy potente, a fin de que se pueda convivir con el fenómeno, como hay otros”.
¿Cuál es el futuro de Baltasar Garzón?
Bueno, el futuro no está escrito en ningún sitio, el futuro es la esperanza, el futuro lo construimos cada uno de nosotros. No puedo decir que mi futuro va a ser uno sin partir del pasado.
El pasado y el presente míos han sido dedicados a la justicia y así va a seguir siendo mientras pueda, mientras me queden fuerzas voy a luchar por todo aquello que considero que es una necesidad para la sociedad moderna, como es más justicia, como es más protección, más seguridad, más defensa de las víctimas, más compromiso frente al crimen organizado y la corrupción, lucha por los derechos humanos.
Esa ha sido mi vida dentro de la justicia y esa va a seguir siendo mi acción dentro de la justicia desde otro punto de vista no estrictamente jurisdiccional, pero desde luego con igual energía y con la insistencia que yo crea que es necesaria para dar una protección mayor a los ciudadanos y ciudadanas, eso es lo que voy a seguir haciendo porque de alguna forma es lo que sé hacer y en definitiva pues también desarrollar labores humanitarias.
Esa es otra parte de mi vida que es menos conocida pero a la que vengo dedicándome desde hace mucho tiempo, y labores educativas también para precisamente transmitir esta educación en valores a las generaciones más jóvenes.
Yo creo que la educación es el núcleo fundamental en todos los sentidos y en el que estamos hablando, en el de la justicia, en el de la concienciación de ser más sociedad, más servicio público, es fundamental el que los jóvenes y niños tengan puntos de referencia éticos que seguir y que tengan muy en cuenta que esa participación en el futuro va a ser la que va a salvar a la sociedad.
A esa tarea fácil es a la que me voy a dedicar.   
Uno de los pilares fundamentales de la nueva Constitución es la creación de las altas cortes, con un tribunal electoral y un tribunal constitucional. ¿Cómo usted valora estas estructuras en una sociedad que quiere defender su estado de derecho?
Una sociedad se conforma con las instituciones que tienen parte de la visión en esa sociedad, en ese país y la experiencia de otros. Es evidente que en la sociedad moderna se tiende a un mayor control, o debe tenerse un mayor control de las propias instituciones judiciales y constitucionales.
Desde ese punto de vista, aunque hay algunos países que no lo tienen pero cada vez con mayor extensión se han ido creando cortes o tribunales constitucionales que velen precisamente por la aplicabilidad de las leyes conforme a la Constitución y conforme a los principios generales universales que están en ese nivel supranacional y también los derechos de los ciudadanos en el sentido de ampararlos cuando los propios tribunales violenten esas garantías constitucionales.
Por tanto, desde mi punto de vista la existencia de un Tribunal Constitucional resulta básico para que, por fuera de lo que es la jurisdicción ordinaria, desarrolle o desempeñe esa labor de control, de vigilancia constitucional, una interpretación que debe ser siempre progresista y progresiva porque de alguna forma los tribunales tienden a un conservadurismo que a veces violenta y perjudica a los ciudadanos en sí. En esos casos el Tribunal Constitucional es el que debe de dar esa visión de acomodación a la Constitución, y la Constitución a los principios generales internacionales, ámbitos de derecho humanitario o derecho internacional.
Otras figuras como el Tribunal Superior Electoral, la jurisdicción electoral es muy típica esa tendencia en Las Américas o en Latinoamérica. En otras zonas no es tanto, en España no existe como tal una jurisdiccón electoral aunque sí están los tribunales que asumen tanto en el ámbito de control ejecutivo de las elecciones, que son las juntas electorales, son organismos mixtos donde hay juez o personal de partidos políticos e institucional, y la jurisdicción electoral que puede ser individualizada como ocurre aquí, o no individualizada pero con entidad suficiente para resolver los conflictos electorales, delitos electorales, etcétera.
Aquí en República Dominicana con esta nueva estructura son dos, una Junta Central Electoral que se ocupa de montar los comicios y el Tribunal Superior Electoral es contencioso.
En España esa segunda labor la hace la jurisdicción contencioso administrativa pero no existe como tal una justicia electoral, que es lo que aquí se ha instaurado y hay en otros países.
Yo creo que un Tribunal Electoral pero también sometido a las reglas del Tribunal Supremo o el Constitucional. Es básico, porque evidentemente el control de la pureza, limpieza y eventualmente la sanción de irregularidades electorales hoy día se convierte en algo básico para una sociedad.
Paralelamente con la creación de estas estructuras y en vista de que la sociedad está atravesando por momentos muy difíciles, son muchos los sectores que también están abogando por un blindaje mayor del sistema a través de la creación de jurisdicciones especiales que tengan que ver con el crimen organizado y que incluyan al narcotráfico ¿Qué opina usted?
Yo no soy partidario de que haya excesivas jurisdicciones especiales, aunque sí jurisdicciones especializadas. Evidentemente la complejidad cada vez mayor del crimen organizado exige unas respuestas desde el ámbito judicial por el que me está preguntando de un alcance equivalente, poco puede hacer un juez de primera fase o con toda su buena voluntad un sistema judicial que está pensado tradicionalmente para la delincuencia individual frente a una estructura criminal, una estructura empresarial que prevé para su desarrollo implantación de espacios de impunidad, precisamente esos instrumentos para que la institución judicial no descontrole, no sea capaz de hacerlo.
En ese sentido, en otros países se han intentado, y con éxito, tribunales, juzgados o jurisdicciones especializadas. Por ejemplo en España existe esa jurisdicción especializada en la Audiencia Nacional en la que hay una serie de jueces especializados para la investigación del terrorismo, del crimen organizado, del narcotráfico organizado, del tráfico de seres humanos, en fin de crímenes masivos o crímenes económicos relacionados con la corrupción. Ha producido un efecto positivo, no solo los jueces sino también el Ministerio Público.
En definitiva se tiende a crear unos espacios más complejos para hacer frente a ese fenómeno. Yo creo que eso sería muy bueno y oportuno para República Dominicana que cada vez está más presente en el pensamiento y en la acción de las redes criminales organizadas.
La posición estratégica que tiene la República Dominicana en el corazón del Caribe está cada vez, y desgraciadamente, siendo objetivo para desarrollar las actividades criminales organizadas, por tanto es mejor adelantarse, es decir, desde las instituciones tener los mecanismos de respuesta preparados para que se pueda hacer frente con efectividad antes de que el fenómeno se consolide.
En estos momentos se está planteando un problema frente a la lucha contra las drogas. ¿Hasta qué punto los gobiernos han podido vencer a este enemigo o hasta qué punto hay que buscar nuevas formas para debilitarlo? Se ha planteado la legalización de las drogas, frente a ese movimiento que está tomando fuerza en algunos países, especialmente de centroamérica ¿qué usted aconsejaría?
En primer lugar es muy complejo el problema y portanto las soluciones no pueden ser tan simples como la de decir legalización o no legalización. Yo desde hace años vengo desarrollando un planteamiento claramente dirigido en el sentido de que el sistema que tenemos no funciona, ha fracasado, no tiene sentido hoy día la penalización del consumo, hay todavía muchos países que penalizan ese consumo.
¿A usted le parece que no tiene sentido ya?
No. Para mí es el fracaso de la sociedad penalizar el consumo. 
Pero el no penalizarlo significa, de alguna manera, legalizarlo.
No, no, no, era lo que le quería decir, en España nunca ha sido delito consumir, sí el traficar, pero el auto consumo no ha sido, hay muchos países que no lo tienen penalizado. Todavía algunos países lo tienen y yo creo que ese no es el camino.
En segundo lugar yo creo que hay que pensar en replantearnos esa estrategia, y si es necesario abogar por una despenalización parcial de determinadas conductas.
La droga, el consumo, está presente en volumen muy amplio de actividades delincuenciales, de actividades delictivas, la delincuencia drogo-inducida es una realidad.
Castigar con penas de cárcel a los que delinquen porque no tienen otro medio de obtener la dósis necesaria para el consumo agranda el problema, por tanto yo siempre he abogado por una despenalización parcial de conductas junto con un sistema de prevención y de educación para la salud, muy potente, a fin de que se pueda convivir con el fenómeno como hay otros sin necesidad de acudir al mismo.
Siempre ha habido límites, no se trata de decir pongamos drogas en las farmacias es una locura, pero este sistema ya fracasó. Lo que no tiene sentido es permanecer sin hacer algo. Hay que hacerlo en conjunto y hay que seleccionar conductas, implementar programas y coordinar esfuerzos para que el negocio deje de ser rentable para el crimen organizado y establecer unos controles sanitarios muy potentes.
Históricamente ha sucedido con otros productos, hoy nos parece un anacronismo que hubiera toda una jurisdicción y toda una policía y miles de millones invertidos en los contrabandos de alcohol por ejemplo. Acordémonos de Eliot Ness, por ejemplo, y las grandes operaciones de Eliot Ness eran como consecuencia de la Ley Seca, y hoy día nos parece que eso es una locura.
Es decir, la sociedad ha ido asumiendo, y no por eso aumenta el índice de alcoholismo o de tabaquismo. Lo importante es una educación para la salud de manera que la sociedad no necesite acudir a esos mecanismos de evación o de adicción, y en los casos en que se produzca pues tenemos que tener los mecanismos para reintegrar y resolverlos, y en aquellos otros habrá que perseguirlos cuando excedan esos límites.
Yo creo que el sistema represivo a ultranza es un modelo que ha fracasado estrepitosamente, es verdad que no se quiere aceptar porque también hay muchas superestructuras creadas en torno a eso. Yo creo que es el momento de pensar pero muy seriamente en otras alternativas y posiblidades.
¿Cómo se implementaría ese plan de educación contra el consumo irregular de drogas que usted ha sugerido que se haga con todas las instituciones y organismos de la sociedad?
Hay que desarrollar un programa educativo muy potente que fuese una cuestión de Estado que no cambiara con el proyecto político de quién fuera sustiyendo al siguiente presidente.
Es una acción muy compleja en la que tienen que participar muchas instituciones de la sociedad, hay que redefinir lo que es la educación, en valores, en espacios de libertad, de utilización del tiempo libre, de modelos de vida saludables, es decir, es un esfuerzo conjunto a medio y a largo plazo, pero que es absolutamente necesario y yo creo que es la única vía para junto con esas medidas selectivas de acción contra las organizaciones criminales, contra el núcleo económico de las mismas, eso sí que hay que destruirlo y para destruirlo hay que tener medidas de alcance equivalentes.
Funcionarios especializados en el ámbito judicial, cooperación regional, internacional, para mí es absolutamente necesario y es inverosímil que no se haya producido, teniendo un foco como es Centroamérica que ya se le llama como el nuevo triángulo de oro, Honduras, El Salvador, Guatemala y la expansión que se produce a países alrededor, una coordinación real, efectiva, transnacional para hacer frente a lo que evidentemente es el reino del crimen organizado.
Si no hay esa conciencia mal se puede avanzar, y para que eso exista tenemos que concentrar esfuerzos y recursos en el área educativa, en el área de la recuperación y en el área de la persecusión del crimen organizado.
¿Favorece mejor calidad de vida para esos funcionarios especializados que enfrentan esos crímenes?
Eso entra en el ámbito de que para que tú hagas que nadie tenga tentación al corromperse tienes que cuidar mucho los valores pero también los mecanismos en los que esos funcionarios van a estar insertos y necesitan tener, lógicamente una recompensa digna para que no haya posibilidad de corrupción de esas estructuras.
PERFIL DE GARZÓN
Baltasar Garzón Real nació en Torres, Jaén, Andalucía, el 26 de octubre de 1955.
Fue asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Fue elegido diputado en las listas del PSOE en 1993 y, al constituirse el ejecutivo, fue nombrado delegado del Gobierno en el Plan Nacional sobre Drogas, con rango de secretario de Estado. En mayo de 1994 abandonó ambos cargos.
Fue condenado el pasado 9 de febrero por prevaricación por haber ordenado grabar conversaciones en prisión a los imputados en el “caso Gürtel” de corrupción en el que están implicados ex altos funcionarios del Partido Popular, y ésta será ejecutada oficialmente este miércoles 23 de febrero por el Consejo General del Poder Judicial.




Listin Diario

No hay comentarios: